Parte 14 - Rostros familiares

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-Todo lo maravilloso de éste mundo se ha ido, lo sé con seguridad, lo maravilloso que quiero encontrar en ella, todo se fragmenta en partes y la llama vuelve-

Abraham caminó por las frías calles de Dokuro arrastrando el cuerpo sin consciencia de Gherman, realmente la noche estaba demasiado tranquila, mucho más de lo que cualquier habría imaginado tratándose de un lugar como Dokuro, pues durante la noche era común escuchar sonidos de gritos y alaridos. Poco a poco, el estado de Allen comenzó a volver a la normalidad, esto fue percibido por Aldrich al sentir como su peso se reducía considerablemente.

Poco a poco, Gherman empezó a recuperar la consciencia, notando cómo estaba siendo arrastrado por Abraham, por lo que antes de que continuara, éste le obligó a detenerse y de manera rápida se incorporó.

-¿Qué sucedió?- Preguntó el peliblanco tocándose la cabeza, sentía como si le hubiesen dado un fuerte golpe que lo había dejado inconsciente.

-Todos están bien, no te preocupes, sólo perdiste un poco el control, oh, y casi se llevan a Ethan- Abraham pudo notar cómo Allen reaccionó, al menos ya no tenía que cargar con él todo lo que restaba de camino.

-Yei- Allen observó su cuerpo, estaba algo lastimado, después de todo tuvo un pequeño encuentro con aquel encapuchado. -¿Y esto?-

-Es la prueba irrefutable de que ni siendo una bestia incontrolable puedes hacer nada bien- Eso había sido cruel tratándose de Abraham.

Allen cambió su expresión a una de molestia y seguidamente empujó a Abraham. Aldrich al ver lo que hizo, se giró para verle de frente y le regresó el empujón aunque con más fuerza.

Ya está, los dos habían empezado a pelear tal y como en los archivos algunos días antes, eso seguramente no acabaría bien.

Ethan en compañía de las dos chicas ya habían arribado a ese poco visitado lugar de una de las áreas más remotas de Dokuro, dentro no había más que un lugar desolado y algo antigüo donde apenas y había alrededor de treinta miembros de la guardia real, los cuales habían sido enviados allí por ser aquellos con más desórdenes mentales que los hacían violentos. Pero no todo era crudo y bizarro ahí, de igual forma, había unos cuantos escuadrones de cazadores que solían convivir con la guardia real, además de que eran un apoyo bastante útil cuando de vigilar la prisión se trataba.

El grupo junto al prisionero avanzaron por esos viejos pasillos rocosos apenas iluminados por tenues antorchas que estaban bastante distantes la una de la otra.

La simple presencia de Ethan, Moon y la hermana Victoria fue suficiente para lograr que los guardias les dejaran ingresar a una de las áreas más aisladas del complejo, vigilada por dos sádicos guardias que se divertían con aquellos prisioneros que eran llevados, sin embargo, ahora eran Moon y la hermana Victoria quienes iban a hacer las preguntas.

Ethan decidió quedarse junto a los guardias debido a su condición, de igual forma había solamente unas cuantas celdas de distancia entre ellos, estarían preparados por cualquier contratiempo, aunque tratándose de Moon, seguramente nada pasaría allí.

-Las espero aquí, hagan que hable- Ethan tomó asiento en un pequeño pilar de piedra que había caído por el desgaste del lugar y que los guardias aprovechaban cómo una pequeña banca.

-Lo haré- Dijo Moon muy segura para enseguida ir hasta el lugar donde sería confinado ese sujeto.

Moon junto con Victoria fueron hasta la habitación donde había sido recibido el sujeto para enseguida mirarlo, tan tranquilo como si nada estuviese pasando, más sin embargo, ese par no estaba allí para tratar de sacarle información, sino para que directamente les informara del paradero de la chica que había sido secuestrada.

Los ojos de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora