Parte 23 - Pulso

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Ahora el equipo tenía un sin fin de preguntas, Iara estaba bastante alterada y emocionada a su vez, pues el regalo que había recibido apaciguó un poco la ira que sentía al saber que su padre, al que por cierto no conocía, le había arrebatado a quizás la única persona que le quedaba, pues las personas con quienes creció le informaron que su madre había desaparecido durante sus primeros años. 

Abraham estaba preocupado, pero de alguna forma sentía que la conversación con Yumh'o le había dado algo de tranquilidad, pues tal y como el oráculo le dijo, su padre no se había ido del todo, seguía ahí, ayudándole a mantener la cordura, pues en ese mundo las cosas que presenciaban podían desquiciar a cualquiera. 

Allen estaba alegre y jugueteando mientras apreciaba el arma que se le había dado como regalo, tal vez las revelaciones del oráculo no habían causado tanto impacto en él como en el resto. 

Moon, estaba simplemente callada con la mirada baja, ¿Qué le estaba pasando? Esa era la pregunta, tal vez lo que le fue revelado había despertado algunos recuerdos en ella, su nombre, aquel que alguna vez había olvidado por los giros que daba la vida, pero ahora algo era seguro, y eso era que ella sentía la necesidad de encontrarse a si misma, de entender cómo terminó convertida en su actual ella. 

Victoria no se veía realmente diferente de lo que normalmente era, simplemente estaba callada manteniéndose calmada pero con un claro rostro de intranquilidad, quizás por la situación del resto. 

Ethan por su parte seguía sin creerse lo que sus vacías cuencas habían visto, ¿Por qué aquella cosa maligna le había usado para abrir las puertas de la legendaria ciudad se Sarma? Realmente era difícil comprender cómo pasó de ser un don nadie a convertirse en la clara respuesta a muchas incógnitas que se desvelaban poco a poco en Dokuro, la ciudad donde siempre había estado.

 -¿Qué haremos ahora?- Moon, quien mantenía su mirada baja y con una obvia preocupación preguntó en voz baja, pues a pesar de llevar consigo el fenomenal regalo que le habían otorgado, las cuestiones sobre su pasado empezaron a abrumarla. 

-¿Qué?- Klein detuvo su caminata para prestar atención a la pregunta, pero su voz había sido demasiado tenue para poder percibir la pregunta. 

-¡¿Qué se supone que vamos a hacer ahora?! Hasta ahora este viaje se había centrado en encontrarte, pero esto fue demasiado. ¿Qué se supone que haremos nosotros? ¿Seguirte hasta que ya no seamos útiles para ti? ¡Es una maldita broma! No creo que haya más motivos para seguir atados a ti, ya que ahora todos tenemos nuestros propios demonios con los que lidiar- Iara explotó de repente, y aunque ciertamente tenía algo de razón, Ethan no había sido responsable de que ellos terminaran ahí, al menos no directamente. 

-¡Oye, detente! Nosotros no te arrastramos a esto- Moon entonces la confrontó. 

-Creo que tú fuiste la que decidió venir aquí, y si un poco de realidad te quiebra entonces ni siquiera podrás lidiar con tus propios demonios- Aldrich no se alteró ante la situación, pero vaya que se sentía molesto por la reacción de Iara luego de la visita con el oráculo. 

-Tiene razón- Ethan entonces bajó un poco la mirada para luego suspirar con pesadez, pues comprendía bien a lo que se refería, y tras meditarlo un poco entendió que todo había girado en torno a él desde que conoció a su grupo, algo que ciertamente era egoísta aunque el resto estuviese de acuerdo. -Creo que los he arrastrado hasta aquí sin pensar realmente en cómo poder sacarlos de esto. Mis decisiones los llevaron a tomar medidas desesperadas para encontrarme, pero ahora creo que quizás lo mejor hubiese sido simplemente lidiar con esto solo, como siempre lo he hecho. Ahora tenemos las respuestas a nuestro alcance, pero si cada uno decide que lo mejor es buscar su propio camino entonces no puedo detenerlos, lo malo de la situación es que estarán atados a mi hasta que encuentre la cura a mi maldición. Lo siento, lamento haber arruinado todo, lo siento, creo que de no ser por mi no se hubiesen avivado viejas heridas que ustedes tenían- Él se abrió paso entre los demás para poder plantarse frente a Iara, con una clara diferencia de altura. -Las cosas deben ser duras luego de haber estado sola- Klein puso su mano sobre el hombro de Iara, la cual ya había desprendido unas cuantas lágrimas de frustración. -Pero creo en las segundas oportunidades, y creo que este mundo nos ha dado una a todos. Ya oíste al oráculo, el señor B es tu familia, ¿Qué esperas para ir y decírselo? Sé que no he sido un buen líder para este equipo, ni siquiera podría considerarme uno, pero algo me tranquiliza, y es que aquí he aprendido que puedo ayudar a otros a encontrar su propio camino, entonces, adelante, busca tu propio camino aunque no sea junto a mi ahora que te has reunido con la única familia que conoces- 

Los ojos de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora