Parte 9 - De mal en peor

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-Ethan, ¿Le temes a la muerte?-

-No.. Pero tu si me das miedo...-

Un día ya había sucedido desde lo antes sucedido en el bosque de los susurros, Ethan había estado inconsciente durante todo ese largo tiempo. De alguna forma, poco a poco empezó a recuperar nuevamente su consciencia, unos borrosos y poco racionales pensamientos habían estado circulando por su cabeza durante un largo rato antes de despertar.

-¡No!- Se levantó pegando un grito sin saber siquiera porque lo hizo. El brusco levantamiento le provocó un corto pero intenso dolor de cabeza que rápidamente se desvaneció. Cuando su mirada se aclaró un poco, éste empezó a mirar a sus alrededores, estaba sobre lo que parecía ser una camilla, el lugar donde estaba ya no era el bosque de los susurros, eso más bien le resultaba familiar pero por unos instantes no sabía dónde se encontraba.

Pronto, éste reconoció el lugar, era la clínica de Pipkins, de ahí que le resultara familiar. Se sentó sobre la camilla donde yacía acostado, solo para darse cuenta de que estaba desnudo y apenas cubierto con una manta y con muchas heridas alrededor de su cuerpo. Eso explicaba porque fue que le dolió cuando trataba de incorporarse. Por un momento había considerado que lo que sucedió en la olvidada sepultura de los santos sólo fue un sueño, pero las heridas lo confirmaban, aquello de verdad había pasado. 

Se llevó una mano al rostro, confundido totalmente, pensar que Adam Becher seguiría buscándolo para acabar con él le preocupaba, pero la idea de que mientras él estaba inconsciente con su padre desaparecido le aterraba aún más. Aunque aún le quedaba una pregunta mucho más importante ¿Cómo llegó a la clínica de Pipkins estando tan lejos de todo contacto con la ciudad?

Cuando estaba dispuesto a irse en busca de respuestas escuchó la puerta abrirse, era él, Pipkins, el cual traía en sus manos ropa para Ethan, pues por alguna extraña razón su vestimenta había desaparecido. 

-Oh, veo que ya despertaste- Mencionó el hombre colocando la ropa sobre el costado del muchacho. -Perdona el estado de la ropa, fue lo único que pude conseguirte, toda tu vestimenta está manchada de sangre-

-¿Cómo llegué aquí?- Ethan tomó la ropa, se veía algo anticuada pero estaba en buen estado, enseguida reconoció que era la vestimenta de un cazador, pero esta parecía ser de otra época, quizás de una década atrás, pero era atractiva visualmente. Constaba de una larga gabardina de piel negra pero con cortes diferentes acompañada por una camisa de color blanco que complementaba con un chaleco color café oscuro, un pantalón de cuero oscuro y reforzado de algunas partes, botas similares a las que solía usar Victor mientras trabajaba pero con el frente de punta, un sombrero típico de los cazadores de aquella época y un par de guantes negros. 

-Una señorita te trajo, dijo que es relativamente nueva en el poblado. Caray, no se siquiera cómo se le pudo pasar por la mente venir a éste pútrido y olvidado lugar, pero se nota que es agradable. Está durmiendo el corredor de fuera, lleva viniendo todos los días para saber si te habías recuperado- El hombre fue a por una botella que había apartado de esa habitación y se la colocó a un costado al chico para posteriormente dirigirse en dirección a la salida. -Vístete y sal un momento, seguro que quiere saber cómo estás, oh, y cuando te termines de vestir, bebe el brebaje, te ayudará a sanar más pronto- 

Ethan quedó impactado al escuchar que una mujer le había ayudado. Según lo último que recordaba ella había ayudado a Becher para luego poder ayudar a Ethan, nuevamente, no tenía idea alguna de que demonios estaba pasando, pero si era aquella chica quién lo estaba esperando fuera le pediría una buena explicación de que estaba sucediendo. 

Los ojos de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora