Rapturs

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-Bienvenidos, mi nombre es Larissa, ¿Qué van a pedir? -se presentó ante la mujer de pelo morado y el chico rubio que la acompañaba.

-¿Nos podrías dar una pizza de pepperoni familiar y cinco refrescos? -habló la mujer amablemente.

-Enseguida, ¿para llevar?

-No, para comer aquí.

-¿Algo más? -sonrió.

-No, muchas gracias. -sonrió y se retiró, seguida del chico rubio, que antes de irse le dedicó una sonrisa a Larissa.

Dio la orden a los cocineros y siguió atendiendo a la gente que pasaba.

-¿Ya viste a el chico de allí? -habló Liz, la mesera de la pizzeria, apuntando con la cabeza la mesa donde estaba la mujer y el rubio que hace unos minutos había atendido. - ¡Está guapísimo!

-Liz, calmate. Es solo un chico. -rodó los ojos.

-Dirás lo que quieras pero sabes que tengo razón. -rió y se alejó para seguir haciendo su trabajo.

La tarde transcurrió normal y en aproximadamente una hora, ya se había ido el grupito que anteriormente había hecho mucho ruido y hacía que las mesas de alrededor los miraran mal. Terminó su turno y se quitó el uniforme. Tomó sus cosas y salió de la pizzeria, despidiéndose de Liz.

-Adiós Liz, nos vemos mañana. -sonrió.

-Adiós, si ves a algún chico guapo pídele su número. -sonrió juguetona.

-Si, lo que digas. -dio una risita, sabiendo que nunca iba a cambiar.

Eran las 5 de la tarde y el sol ya caía. Algunas personas caminaban de aquí a allá tranquilamente.

-¡Momon, cerdo! -escuchó una voz cerca del arcade de videojuegos. Río por lo bajo y siguió su camino.

Paró en una tienda que estaba a un lado del establecimiento anterior mencionado. Estaba realmente sedienta y compraría unas galletitas.

-¡Que mal perdedor eres! -escuchó otra voz, de nuevo del establecimiento de a lado.

Pidió agua y unas galletas con chispas de chocolate y cuando pago, no dio ni un paso cuando chocó con un chico. Alzó la cabeza para ver la cara de la persona y se sorprendió, era el rubio de la tarde.

-Perdona, iba distraído y no me di cuenta. -se disculpó.

-N-no pasa nada. -sonrió.

-¡Raptor! ¡Vení wacho, vení cagon! -gritó uno de los dos chicos que venían con el.

-Me tengo que ir, de verdad lo siento. Por cierto, me puedes decir Raptor. -sonrió.

-Soy Larissa, aunque supongo que lo sabes. -rió, pues bace un rato se había presentado.

-Nos vemos luego. -y se fue.

No pudo evitar pensar en un segundo encuentro, pero no estaba segura de que si lo iba a volver a ver, así que solo camino a su casa y puso música en sus audífonos.

Y lo que ambos no sabían, es que ese sería el comienzo de una bella relación.



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