Axozer

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-¿Podemos ir a comprar chucherías al super? -Juntó sus manos en súplica. -

-¿Para qué súplicas si sabes que igualmente voy a aceptar porque somos igual de glotones? -Rió. -

-No digas más, vamos. -Salió de la habitación del chico y bajó rápidamente las escaleras, rumbo a la puerta. -

-¡Vamos al super! -Avisó Axo a su madre, quien le dio un "Vale, cuidaros" por respuesta. -

Caminaron hasta el super que estaba cerca de su casa, quizá a unos 10 minutos caminando. Entraron, tomaron una canasta para hechar las cosas que compraran ahí y pasaron al sector de dulces, donde había gran variedad.
Pasearon y tomaron algunos productos, mientras que reían y hacían bromas.

-¿Podemos pasear por el super? Me da mucha curiosidad saber que hay de nuevo. -Lo miró. -

-Vale, vamos. -Empezó a caminar, dejando a la chica atrás, quien rápidamente se puso a su lado. -

Empezaron por la sección de sodas, jugos y bebidas energéticas. Obviamente tomaron algunas monsters y en el caso de Bel, una red bull. Pasearon por las demás secciones mientras que agregaban más cosas a la canasta, que cada vez estaba más llena y pesada que tuvo que llevarla Axo.

-Mira el tanque de langostas. -Señaló el varón, mientras pasaban por la sección de pescados. - Esa eres tú, y yo soy- oh no, espera, están peleando, olvidado. -Soltó una risita mientras la chica soltaba una carcajada. -

-¡Mira! -Señaló un paquete de chocolates junto a una taza blanca con un corazón morado, era una promoción. -

Intentó alcanzarla pero su altura no ayudó, así que el chico aprovecho esto y le hizo cosquillas en los costados, haciendo que la mujer ría y se aleje unos pasos.

-No me hagas cosquillas. -Hizo un mohín, lo que enternecio al hombre. - ¿Me ayudas a alcanzarla?

-Solo si me compartes unos chocolates cuando lleguemos a casa.

-Vale, acepto. -Rodó los ojos divertida. -

Alcanzó el paquete y se lo extendió a Bel, quien le dio un beso en la mejilla y como habían acordado, fueron a la caja para pagar. Pagaron la mitad cada uno y fueron de nuevo a la casa de Axozer, mientras que en el camino comían un chocolate cada uno.

-Esto nos va a costar veinte granos en la cara. -Rió la mujer. -

-Vale la pena. -Sonrió. -

Cuando llegaron, se fueron de nuevo a la habitación del chico y pusieron una película mientras comían, hablaban y veían la película, bueno, supongamos, porque los dos ni siquiera estaban prestándole atención a la peli, solo hablaban.

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