Vegetta

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Astrid tomaba café en el sofá de la casa que compartía con su pareja. Kira, la hija felina que tenía con Samuel, se encontraba a un lado de ella, jugando con el hoodie de la mujer, que solo la miraba con una sonrisa. El sueño le estaba ganando y aún tenía que entregar unas cosas de su trabajo, así que estresada dejó la taza a un lado de donde se encontraba y se centró en su computador, donde escribía un reporte. La noche anterior se había desvelado trabajando y durmió tarde. Pensó que sí se apuraba terminaría más rápido y podría acostarse a dormir. En un momento dado, Kira se acostó en el regazo de la chica y ella la acarició dejando su trabajo de lado. Dejo su computador de lado y se concentró en la felina, que ronroneaba ligeramente y movía la cabeza contra las piernas de la chica. La castaña fue quedándose dormida por la paz y tranquilidad que había en la habitación, así que se dejó caer en un sueño profundo.

Un rato después, despertó y se frotó los ojos, mirando que ahora Kira ya no estaba en sus piernas. Confundida se puso sus pantuflas, que eran de un gato rosa, y se levantó para ir a buscar a la gata. Salió de la habitación y escuchó que lloraba y rasguñaba una puerta. Como su estudio estaba separado de un pasillo para las demás habitaciones, camino por el pasillo y vio a Kira rasguñando la puerta del despacho de su pareja. Caminó hacía ella y se agachó, pero se abrió la habitación dejando ver a Samuel, quien tenía una sonrisita. Se levantó otra vez y miró a su pareja.

-¿Todo bien? -preguntó bajito.

-Eh, sí. Casi termino lo de mi trabajo. -respondió. - ¿terminaste stream?

-No, pero silencie el micrófono. -miró su set up. - O eso creo.

-¿Cómo que crees? -abrió los ojos como platos.

-Es broma, chiqui. Está silenciado el micrófono.

-Vale, te dejo para que sigas.

-¿Con quién hablas, pillin? -la voz de Fargan con risas incluidas sonó.

-¡No lo silenciaste! -susurró alto, reprochandole.

El varón se acercó rápidamente a el micrófono.

-Con mi gata. -respondió.

-Coño, pues que bien habla la gata. Hasta tiene trabajo. -rió.

-Ajá, ¿y Willy? -cambió de tema, mirando el chat, que estaba loco y preguntando quien era la muchacha.

-Está silenciado, estará leyendo subs.

-Vale, háblale. Ahora vengo. -se levantó y camino a la chica que estaba parada en la puerta y salieron de la habitación, cerrando la puerta.

-Lo siento, fue mi culpa.

-No, no. Fue mi culpa por no silenciar el micro.

-Bueno, ¿pero y que vas a decir?

-Si no lo olvidan, ¿estás dispuesta a querer decir la verdad? claramente si no quieres no hay problema, les digo que eres una amiga que se está quedando en mi piso y...

-Sí, estoy dispuesta. -dio un pequeña sonrisa.

-Vale. -le dio un pequeño beso y entró de nuevo a la habitación.

Al poco rato, Astrid estaba sentada a un lado de Samuel, que explicaba que era su pareja y que no quería comentarios fuera de lugar, que era su vida y él sabía con quien se relacionaba. Porque claro, un clip de treinta segundos de Vegetta y una muchacha hablando y el varón diciendole chiqui a alguien, no se olvida.

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