𝙶𝙸𝚁𝙻 𝙰𝙻𝙼𝙸𝙶𝙷𝚃𝚈 || 𝒄𝒉𝒓𝒊𝒔 𝒆𝒗𝒂𝒏𝒔

3

CHAPTER THREE

Omnisciente

Los gritos de felicidad llenaron el set de grabación, los directores confirmaron que Infinity War había sido finalizada. Actores, directores y todo el equipo de grabación se daban abrazos. Una foto grupal fue lo último.

-Debemos festejar- opinó Hemsworth- ¡Jason! ¿Festejaremos por la película y por tu cumpleaños?- el más joven de los directores sonrió.

-Claro, los espero en casa hoy, tendremos un lindo festín- todos festejaron ante la noticia.

Jason Coleman llegó a su casa, no había rastros de sus hijos, Jane, de 12 años, se encontraba en la escuela. Nathaniel, de 26 años, se encontraba en su trabajo. Dejó escapar un suspiro para luego sentarse en uno de los bancos de la isla de la cocina.

Y luego estaba Brooklyn, 26 años. Melliza de Nathaniel. Hace ocho años que vivía en otro país, otro continente. Cuatro años pasaron de la última visita de su hija. A él se le había dificultado poder viajar a Oxford para verla aunque incluso estuvo tan cerca para hacerlo, pero no encontró el tiempo. Sus otros hijos si habían ido a verla hace casi un año. La mayor de sus hijos, ya que nació ocho minutos antes que Nate, a ella le encantaba bromear con eso.

Desde que su esposa, Isabella, había fallecido a causa del cáncer de mama, algo cambió en la familia, especialmente en Brooke. Se había vuelto más solitaria y se centró sólo en su estudio y trabajo. En parte, la entendía. Además de que Isabella era su madre, también era su mejor amiga. Ya no llamaba a la casa diariamente, sólo lo hacía en fechas especiales.

Y cómo siempre, Jason tenía su celular a un lado de él. Pendiente de si ella la llamaría. Hoy era una de esas fechas especiales. Claro que de tanto pensar en ella, la había invocado.

La pantalla de su celular se iluminó con el nombre y número de la castaña.

-Hola, hija- habló al atender.

-Hola, ¡feliz cumpleaños, papá!- felicitó ella- Lamento no poder estar ahí para celebrar contigo. Espero que la pases genial con Nate y Jane.

-No te preocupes, mi niña, muchas gracias por tus buenos deseos. ¿Qué tal estás?

-Todo bien, papá. Estresada pero vivita- rieron- Creo que podré estar ahí para las vacaciones, señor.

Los ojos de Jason se iluminaron- ¿Lo dices en serio, Brooke?

-No es seguro, pero hay muchas probabilidades. Quiero adelantar mis exámenes finales y así ya tener libre para ir a verlos.

-Si necesitas dinero, solo dímelo, Brooke. Sabes que puedo arreglarte el tema del pasaje- escuchó el bufido sonoro de su hija- Al menos déjame pagarte eso, no aceptaste un centavo mío desde que te fuiste.

-No tienes remedio, papá. Ya te dije que no necesito dinero, estoy bien. Si seguimos hablando de esto, terminaremos discutiendo.

-¿Qué es todo ese ruido?- no aguantó la curiosidad, el alboroto estuvo presente desde que comenzaron a conversar.

-Estoy en el centro, hay mucha gente. Veré si puedo llamarte más tarde, papá. Feliz cumpleaños, te amo.

-Yo también te amo, pequeña.

Cortó la comunicación una vez que se despidieron. Brooke nuevamente había ilusionado a su padre.

(...)

-¡Feliz cumpleaños, papá!-saltó su hija menor a sus brazos.

-Gracias, mi niña-besó su frente.

-Toma, hice esto para ti- le entregó una cajita con un carta encima.

-Pero que atenta, Jane. Me encanta, gracias- la dejó en el suelo- Ahora ve a bañarte, ¿está bien? Ponte algo bonito, tendremos una fiesta, vendrán los chicos.

-¿En serio? Está bien, papá. ¿Comeremos pastel?- Jason asintió y la niña subió corriendo las escaleras.

-Feliz cumpleaños, don Jason. Ay, que feo que suena- llegó Nate a su lado, abrazándolo por los hombros.

-Gracias, hijo. Ve a prepararte que los demás están por llegar- el castaño asintió y se retiró no sin antes palmear la espalda de su padre.

En la casa de los Coleman estaba todo listo para la reunión que se llevaría a cabo. También habían colocado un karaoke y una barra de bebidas.

Treinta minutos después, Jane y Nate bajaron listos para recibir a sus amigos. De a poco fueron llegando los actores y amigos cercanos de Jason. Una vez, que todos los invitados ya habían llegado, se dio comienzo a la fiesta. Comían, hablaban y bromean tranquilamente, disfrutando el momento.

Durante todo la fiesta, Nathaniel permaneció con el ceño fruncido y evidente preocupación.

-¿Pasa algo?- le preguntó su hermanita mientras tomaba su jugo de frutas.

-Siento que olvidé algo.

-Tienes que cambiar esa cara, o sino preocuparás a papá.

-Sí, lo sé, Jane. Pronto recordaré que he olvidado- ella asintió y volvió a ir junto a Anne, una de sus amigas que también fue invitada a la fiesta. El mayor solo siguió bebiendo su vaso y pensando qué demonios fue lo que olvidó.

Uno de los hermanos Russo, en este caso Joe, subió al escenario donde se haría el karaoke.

-¡Una de los Bee Gees!- gritó Robert.

-Sí, pero eso será después. Ahora quiero felicitarlos por el increíble trabajo que han hecho. Desde la primera hasta la última persona. Estamos seguros que esta película será todo un éxito. Quedan los último arreglos por hacer y luego ya tendremos la Premiere- explicó- Y como no, desearle todo lo mejor a nuestro querido Jason, que cada vez está más viejo- todos rieron mientras el susodicho se quejaba- Feliz cumpleaños, amigo. Te paso la palabra- le entregó el micrófono a Jason y éste ocupó el lugar de su amigo.

-Bueno, primero que nada, felicitar a éste gran equipo de trabajo, ésta es una de las muchas películas que se vienen- comenzó- Esperamos contar todos ustedes hasta el final. También les agradezco por sus buenos deseos, y no estoy tan viejo- volvió a quejarse- Especialmente, gracias a Jane y Nate que están siempre para ayudarme- señaló a sus hijos- Y creo que ya es hora...- unos ladridos lo interrumpieron.

Al lugar entró un perro color marrón claro, llevaba un collar rojo. Jane lo reconoció al instante.

-¡Thor!- exclamó y corrió hacia el canino.

-Soy hombre muerto- murmuró Nate al recordar completamente lo que había olvidado, o mejor dicho a quién habían olvidado.

-¿Dónde he visto a ese perro?- susurró Evans mirando fijamente al perro.

-¿Cómo llegó ese perro aquí?- preguntó Jason con el ceño fruncido y luego abrió bien grande sus ojos- ¿Cómo dijiste que se llamaba?

-Feliz cumpleaños, papá.

●●●