𝙶𝙸𝚁𝙻 𝙰𝙻𝙼𝙸𝙶𝙷𝚃𝚈 || 𝒄𝒉𝒓𝒊𝒔 𝒆𝒗𝒂𝒏𝒔

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CHAPTER THIRTY-FOUR

Desperté por el sonido de mi celular, gruñendo estiré la mano pero no lo alcancé porque un peso me impedía más movimiento. Giré mi cabeza y sonreí al ver a Chris durmiendo tranquilamente.

—Brooke, apaga eso— murmuró y yo refunfuñé.

—Saca tu brazo de encima mío— a duras penas lo moví y apagué la alarma.

—Hola, mi amor preciosa— me estiró hasta quedar frente a él. Me derretí ante su voz adormilada— ¿Cómo dormiste?

—Bien, mi amorcito, muy bien— le guiñé un ojo haciéndolo reír— Hoy tengo que ir a casa de papá a saludar.

Asintió y comenzó a jugar con mi cabello— ¿Qué pasará con Nate?

—Nate puede pensar lo que quiera, al diablo con él. Yo te quiero a ti y ni todos sus insultos me harán cambiar mis sentimientos por ti— él sonrió.

¿Hay algo más lindo que este hombre? No, no lo creo.

Realmente, me tiene como quiere.

—Está bien, mi amor. Quisiera acompañarte pero tengo una reunión con mi manager, auuunque...

—No— lo corté y soltó un bufido.

—Le quitas lo divertido a la vida.

—Chris, ¿al final si era novio de Scott?— cambié de tema, ansiosa porque me contara el chisme.

—No... Bueno sí.

—Me debes 20 dólares— le saqué la lengua— Vamos, arriba, guapo.

—¿Un rapidito?— yo rodé los ojos— ¿Sí?

—Está bien, tú ganas.

Después de ese encuentro, me bañé y me vestí para ir a casa de mi padre.

—Te llevo— asentí y salimos del departamento.

Minutos después nos encontrabamos frente a la casa de mi padre.

—Vendré cuando termine la reunión— me recordó y sonreí.

—¿Ya le diremos? Debe estar enterado por las redes— él lo pensó unos segundos.

—Sí, está bien.

—Entonces, ¿que tal si cenamos hoy aquí?— propuse y él sonrió.

—Ya sabes que todo será un si contigo, mi amor— reí y me acerqué para besarlo.

Con una de sus manos tomó mi cuello y lo acarició suavemente. Nos separamos luego de un rato.

—Ya, Chris, llegarás tarde— el rodó los ojos.

—Te quiero, Brooke.

—Y yo te quiero a ti, Chris. Nos vemos más tarde— él asintió y nos despedimos con un último beso.

Bajé del auto y toqué el timbre de la casa, ya que me olvidé las llaves en casa de Chris. La pelirroja abrió después de unos segundos.

—¡Brooke!— exclamó Marla y me abrazó— ¡Desapareciste!

Solté una risita— No fui la única. Wow— murmuré al ver su panza— Gracias al cielo me cuido.

—6 meses— sonreí divertida.