Habían pasado por lo menos unas dos semanas conversando con Ámbar, y nos terminamos haciendo más, teníamos más temas en común de lo que esperaba con una aspirante a porrista, nosotras nos volvimos "buenas amigas" si es que así se puede decir. Ella había mejorado bastante en las materias en las que tenía dificultad.
Ella normalmente acostumbra a sentarse con su dúo de amigas, pero ahora empezó a sentarse conmigo cuando se enteró que una de esas supuestas "amigas" que estaba acostándose con su novio.
Recuerdo como ella acudió a mí como último recurso y me contó su situación sin miedo a ser juzgada.
Escuché fuertes golpes y persistentes resonando en la puerta principal de mi hogar al igual que el timbre, era como una orquesta sin un director... totalmente sin coordinación y solo sonidos al azar sin congeniar, me pregunto sobre la persona causante de esto debe estar desesperado en espera de una respuesta mía.
Camino hacia la puerta, la abro y visualizo una cabellera castaña con algunos mechones rubios un tanto alborotada debajo de esta yacía una joven totalmente rebosante de tristeza; ojos enrojecidos, rastros de humedad en sus mejillas normalmente coloradas en un tono rosa seguro por el uso de algún colorete, y por supuesto lo más obvio las lágrimas recientes descendiendo desde sus ojos hasta su mentón.
Ámbar me abraza rápidamente en cuanto me ve, yo intento corresponderle el abrazo mientras acaricio su espalda junto a su cabello, el cual tiene suelto, me separo un instante para indicarle que entre, no era bueno estar en la puerta principal ya que normalmente los vecinos suelen ser muy metiches e inventarse algún rumor extraño, aunque no me importa. Fuimos hasta el living, ella se sentó en el sofá, y tomó uno de las almohadillas para abrazarla fuertemente fui por un vaso con agua tibia a la cocina cuando me acerqué lo suficiente a ella se lo extendí.
—¿Qué pasó? —pregunto frunciendo el ceño mientras me siento a su lado.
—Me engaño —gimotea Ámbar.
—¿Quién? —pregunto confundida.
—Con esa perra —solloza sin despegar la vista del suelo.
—No entiendo, ¿Quién es una perra? ¿Y quién te engañó? —pregunto más confundida que antes, ella suspiró pesadamente hasta que se detuvo para comenzar a hablar.
—Encontré a mi novio o mejor dicho ex-novio teniendo relaciones sexuales con una de mis amigas —termino de decirlo tratando de contener las lagrimas bebiendo del vaso con agua que le traje hace un momento.
—Bueno, yo creo que a esa persona no se le podría llamar amiga... ¿Y tú qué hiciste? —pregunto con calma.
—Pues... Les eché un cubo de agua helada y los maldije a los dos —responde dejando de sollozar.
—Así mismo —respondo orgullosa.
Después de ese día nos hicimos más cercanas, grandes amigas aunque ella siempre me invita a salir, yo siempre le respondo con un rotundo «no». Está bien que seamos amigas, pero seguiré actuando como de costumbre aunque debo admitir que he cambiado en cuestión que sonrió un poco más en compañía de Ámbar.
En este instante me encuentro junto a Ámbar viendo una película de terror, esta vez yo escogí la película porque la otra vez la rubia puso una película romántica.
Como a ella no le gustan mucho este tipo de películas, escogí una acerca de una muñeca poseída, la reconocida Annabelle. Es una película muy famosa e igual al personaje.
—¿Qué tanto piensas? —pregunta Ámbar con una sonrisa, ella causa que salga de mi burbuja de pensamiento.
—Pues que nos hicimos buenas amigas y que realmente eres mi única amiga —contesto mirándola con una sonrisa amigable y volviendo a ver la película.
—Entiendo, tú también eres mi amiga y te aprecio —menciona sonriente.
•••
La película terminó, fue bastante entretenida e interesante de ver, en especial por el suspenso, aunque me dormí por un corto momento.
—Creo que ya me tengo que ir —informa Ámbar.
—Sí, ya es bastante tarde... —respondo tomando mi celular para mirar la hora. —Son las 00:30.
Ámbar se levanta de mi cama, la imito para seguirla hasta la puerta principal, cuando estábamos frente a la puerta veo que ella separa los labios para hablar.
—¿Puedes ir a mi casa mañana en la tarde? —menciona sonriente esperando que acepte para irse.
—Está bien —respondo con normalidad, y le abro la puerta para que ella pueda salir. Al cerrar la puerta me pregunto a mí misma: «¿Dónde vivirá Ámbar?»
Me encojo de hombros para irme caminando hacia mi habitación y desplomarme sobre mi cama hasta tener los ojos completamente cerrados hasta poder dormir tranquilamente.
•••
Me levanto exaltada, volví a tener otra pesadilla, toco mis mejillas sintiéndola húmedas, había lágrimas porque lloré mientras dormía.
Me levanto de la cama para dirigirme al baño y echarme agua en la cara, me ardían los ojos seco mi cara con una toalla y vuelvo a mi cama, busco con la mirada mi celular hasta que lo encuentro debajo de mi almohada, lo enciendo para mirar la hora, eran las «3:30» aún no había salido el sol... tiro de mi cabello con frustración.
¿Por qué a mí?
¿Por qué tuvieron que abusar de mí?
¿Por qué asesinaron a mi hermana y a mi única amiga? ¿Por qué?
Siempre son las preguntas que me hago al recordar ese terrible suceso en mi mente.
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Inexpresiva | ✔
Teen FictionEmma no sabe expresar sus sentimientos ni sus emociones, aunque tampoco es que lo haga intencionadamente. Eso le causa bastante conflictos, pero hay razones por la que es así... Creado por Yanelys Martínez (@YanelysMar03) ───── •✧✧• ───── →Libro edi...