Después de unas tantas horas despierta pude conciliar el sueño. Tendría que buscar fuentes confiables de psicología o ir con la consejera escolar para que me ayude. Abro los ojos, siento que dormí por unos pocos minutos.
Me levanto completamente de la cama para sentarme y tomo mi celular para mirar la fecha, hoy es domingo y tengo que ir al centro comercial a comprar ropa nueva.
Dejo la cama para proceder a ponerme unas pantuflas y dejar mi celular en mi mesa, camino al baño me despojo de mi pijama y entro a la ducha. Abro el grifo el agua fría está fría dejo que caiga sobre mi cuerpo y mi cabello.
•••
Después de terminar de ducharme, salgo de la ducha dirigiéndome a mi armario, me colocó un pantalón largo color negro y un suéter rosa con unos vans negras como zapatos.
Tomo mi mochila negra, entro en ella: Mis auriculares, mi celular, dinero, mis llaves de la casa, y un paraguas.
Bajo a la cocina y encuentro a mi madre. Rara vez la encuentro en la casa o mejor dicho, ella nunca está en casa.
—Hola madre, ¿Cómo has estado? —pregunto con una expresión neutral.
—Hola hija, pues me va bien —contestó sonriente mientras prepara algo en la encimera de la cocina.
—Que bien... ¿Y qué cocinas? —menciono acercándome a ella, pero no tanto para mantener distancia.
—Pues... Lasaña —contesta con una sonrisa en los labios para continuar en la preparación y colocarlo en horno.
—Uhm... Ok —respondo sentándome en un taburete detrás de la barra de desayuno.
•••
—Ten, ya terminé —habla sonriente sosteniendo el plato de aluminio en sus manos usando guantes claro.
—Está bien —asiento viendo como corta una porción y la deposita en un plato llano para entregármela con un tenedor.
Tomo el tenedor y depósito una parte del platillo en mi boca saboreandolo. «Mmm... Sabe magnífico, es bastante bueno, ¡me gusta!». Pienso comiendo cada vez más.
—¿Y cómo sabe? —pregunta curiosa esperando mi respuesta.
—Está muy bueno —admito terminando de dar el último bocado a la lasaña ya solo quedando sus restos en el plato llano color blanco.
—Que bueno que te gustó, ¿Quieres más? —pregunta con una sonrisa en el rostro a lo cual, yo solo asiento.
•••
Después de haber hablado con mi madre me contó que va estar más tiempo conmigo y que le va bien en el trabajo, yo le conté sobre Ámbar, mi nueva amiga, y ella se alegró por mí.
Ahora mismo estoy en el centro comercial, tengo dos bolsas de ropa, demasiada ropa realmente, pero no es nada.
Paso por un establecimiento en el que hay una hoja pegada a su gran ventanal que deja ver el interior de él, parece un gimnasio. En la hoja logro leer: «Aprenda a boxear aquí». De tan solo leerlo hace que me alegra el día, pero no lo demuestro físicamente, visualizo la puerta y camino hacia ella abriéndola.
Al entrar me recibe un chico bastante lindo para ser honesta, éste camina hacia mí.
—Hola —saludó él cuando está frente a mí.
—Hola... ¿Aquí es que enseñan boxeo? —pregunto siendo seria.
—Pues sí, ¿Te quieres apuntar? —pregunta enarcando una ceja.
—Sí, quiero apuntarme a la clase. ¿Eres tú quién enseña? —pregunto con usando mi tono de interés.
—No, es otra persona, puedes empezar mañana —informa el chico, yo solo asiento y salgo del establecimiento.
•••
Después de salir del centro comercial, me dirijo camino a casa, cuando estoy dentro veo a mi madre en la sala y con un hombre que considero ya un desconocido para mí.
Decido ignorarla y seguir mi camino a mi cuarto cuando estoy por subir las escaleras... me llama mi madre, pero continuó subiendo hasta mi cuarto. No quería volver a ver a ese sujeto y mucho menos conocerlo.
Camino por el extenso pasillo del segundo piso hasta mi habitación la cual tiene una puerta color blanca la abro y cierro en un instante asegurándome de cerrarla con seguro al voltear el pestillo.
Tiro las bolsas de compra sobre en mi cama y camino hacia el baño, me despojo de mi ropa y entro en la ducha. Dejo caer la fría agua sobre mi cabello y cuerpo después de lavarme vuelvo a echarme agua para salir de la ducha.
Coloco una toalla alrededor de mi cuerpo y tomo otra para secarme el cabello mientras voy caminando hacia mi armario para tomar una sudadera y unos shorts ponérmelo justo después de que dejo la toalla en el baño.
Regreso a mi habitación, me acuesto sobre mi cama con sábanas en tonalidades oscuras muevo las bolsas de compra a un lado para poder estirarme adecuadamente, tomo mi teléfono y mis auriculares que habia tenido en mi mesita de noche, me coloco los auriculares y dejo fluir una música instrumental rejalada lo suficiente para dormir al menos eso se dice.
Cierro mis ojos.
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Inexpresiva | ✔
JugendliteraturEmma no sabe expresar sus sentimientos ni sus emociones, aunque tampoco es que lo haga intencionadamente. Eso le causa bastante conflictos, pero hay razones por la que es así... Creado por Yanelys Martínez (@YanelysMar03) ───── •✧✧• ───── →Libro edi...