Me desperté sobresaltada sintiendo un dolor inmenso en mi cabeza, era muy agobiante donde me encontraba en una camilla de hospital... una que ya había visto durante siete años de mi vida.
Vi a mi abuelo despidiéndose moviendo ligeramente su mano y me guiña el ojo para salir del cuarto. Sale por un momento para después venir junto a Ámbar, ella corre hacia mí con los ojos inundados de lágrimas, me abrazó acurrucando su cabeza en mi hombro sin dejar de llorar, en respuesta acaricio su espalda.
—¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿No te duele nada? —pregunta tomando mi rostro y observando desde distintos ángulos, lo suelta para abrazarme nuevamente, pero más fuerte.
—Estoy bien Ámbar, me estás asfixiando —menciono quedándome casimente sin aire, estoy segura de que mi rostro está enrojecido.
—Perdón —responde apenada separándose de mí, yo respiro agitadamente tomando el aire que le hacía falta a mis pulmones hace minutos.
—Está bien —respondo quitándome las sábanas poniendo los pies fuera de la cama.
—No te levantes —manda asustada colocando su brazo como restringiendo mi acción.
—¿Por qué? —pregunto relajada encogiéndome de hombros. —Ya estoy bien, ¿no ves? —respondo desprendiendo los cables de mis brazos.
—¿¡Estás loca!? ¡No te lo quites! —grita alterada.
—Tranquila, he estado aquí mucho tiempo —contesto esta vez quitándome el suero y me levanto de la camilla apartando el brazo de Ámbar.
—Emma no, siéntate —habla asustada, lo cual me causa algo de gracia.
—Tranquila Ámbar, ¿Me puedes llamar a mi abuelo para poder irme? —respondo tranquila cruzándome de brazos.
—Sí, espera sentada —manda pasándose sus manos por los ojos quitando el rastro de lágrimas para salir por la puerta.
Me siento sobre la camilla y examino el cuarto con atención, mis ojos captaron algo que me interesa, mi ropa, me levanto de la camilla y camino hacia la cortina, la extiendo y comienzo a quitarme la bata de hospital para colocarme mi ropa. Escucho el chirrido de la puerta, me asomo y es Ámbar justo cuando termine de cambiarme. Se sienta sobre la camilla.
—Hey, ¿Y mi abuelo? —pregunto frunciendo el entrecejo.
—Él viene en un momento, te ves muy mal deberías estar descansando —menciona molesta.
—Yo ya descanse, así que nos vamos —hablo tomándola de la muñeca obligándola a salir del cuarto.
En el pasillo saliendo de mi cuarto, veo a mi madre hablando con mi abuelo, más bien parece una discusión. Cuando me acerco con Amber ellos dejan de hablar, mi abuelo me da un abrazo y yo le respondo con un beso en la mejilla.
—¿Ya te vas? —pregunta con una sonrisa.
—Sí.
—¿Tan rápido? La otra vez te quedaste más tiempo —responde haciendo una mueca triste.
—Lo siento abuelo, pero ya quiero descansar en mi casa —respondo haciendo énfasis en 'mi' mientras miro sarcástica a mi madre por unos segundos para luego dar mi mejor cara a mi abuelo.
—Está bien —responde firmando un papel para darme el alta.
Termino de despedirme rápidamente de mi abuelo antes de que mi madre hablará, decidí ignorarla poniéndome "rebelde" como ella suele decir, en fin... ¿Cómo me pudo hacer eso?
•••
Ahora me encuentro en tránsito en el auto de mi amiga, el semáforo se pone rojo «que fastidio». Ámbar pone música, empieza a cantar y a bailar moviéndose en el asiento pasajero, mientras yo estoy concentrada en la carretera en avanzar el vehículo cuando pase a verde.
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Inexpresiva | ✔
Teen FictionEmma no sabe expresar sus sentimientos ni sus emociones, aunque tampoco es que lo haga intencionadamente. Eso le causa bastante conflictos, pero hay razones por la que es así... Creado por Yanelys Martínez (@YanelysMar03) ───── •✧✧• ───── →Libro edi...