Capítulo 8.

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Jisung estaba harto de la cafetería, así que le pidió a Minho que almorzaran en otro lugar más tranquilo. Se encontraban recostados en el césped, detrás de un viejo edificio, devorando montones de snacks que yacían esparcidos por el suelo.

—Lástima que Hyunjin no esté aquí para disfrutar de estos deliciosos manjares con nosotros —dijo Jisung relajadamente mientras se llenaba la boca de papas fritas y chocolates.

—¿Qué no  había terminado el castigo de los laboratorios? —contestó Minho, mientras abría una lata de gaseosa de fresa.

—Según sí. Creo que se quedó dormido en el salón, así que decidí no despertarlo. Mandaré un mensaje a Jeongin para que lo despierte.

—Uy. —ambos se miraron con cara pervertida.

—Oye, este fin de semana habrá una convención de anime... —Minho dio otro sorbo a la lata de refresco—. ¿Qué estás tomando me das?

—Tiene babas —dijo, extendiendo la lata hacia Jisung.

—No importa —Jisung dió un sorbo sin limpiar los bordes—. Bueno, te decía, este fin de semana habrá una convención de anime a la cual tengo muchas ganas de ir porque quiero comprar muchas cosas, pero me da esta cosa... ¡Vergüenza! Sí eso, de ir por esos turbios lugares solo. Hyunjin no podrá acompañarme porque tiene que venir a limpiar, y, no tengo muchos amigos. Así que... ¿podrías acompañarme? –Jisung parpadeaba rápidamente, en un intento de parecer tierno, lo cual hizo reír a Minho.

—Emm... pues claro, solo que... nunca he visto ningún anime en mi vida. Pero puedo acompañarte sin problemas, al menos que tenga que disfrazarme o algo, eso sí que no me gustaría.

—Ya aceptaste, ya no hay marcha atrás. Y en cuanto al tema de que en tu vida has visto un MALDITO anime (maldito Minho pecador, deshonra, desgracia), eso lo arreglaremos hoy mismo. Olvidate de los deberes, olvídate de todo. Esta noche te quedarás a dormir a mi casa. Aún tengo mucho que pulir en ti, pero no te preocupes, tienes a un excelente maestro, así que, esta noche meteré un poco de cultura por tu nariz. Veremos Shingeki no Kyojin hasta que amanezca.

—Pero mañana tenemos clases Jisu-

—Shhhh, nada de peros –lo calló colocando un dedo en sus labios–, tengo que salvar tu alma putrefacta. Así que verás todos los animes que te diga maldito pecador.

—De acuerdo, padre Jisung.

—Amén, no olvides rezar treinta aves marías cada mañana.

Ambos comenzaron a reír ruidosamente, como ya era costumbre en ellos, mientras se retorcían como gusanos por el césped.

—¡Aquí estaban malditos! Los estuve buscando por toda la escuela —Hyunjin se dirigía a ellos a paso furioso, Jeongin caminaba detrás de él—. Tú, Han Jisung, me las pagarás. ¿Como pudiste abandonarme tan cruelmente? Se han perdido los valores.

—¿Quieres? —Jisung le extendió una caja de galletas.

—Quedas perdonado —Jeongin y Hyunjin se sentaron en el pasto junto a ellos. El resto del almuerzo fue bastante agradable; el pequeño grupo de Hyunjin y Jisung se había expandido, la presencia de esas dos nuevas personas era demasiado agradable. No podían estar más felices.

[...]

Hyunjin se encontraba sentado en su sofá, a su lado estaba Jeongin que no había llegado hace más de cinco minutos. Esa tarde quedaron de verse, era la tradición hacer maratón de cualquier serie o película todos los sábados por la tarde. Ahora que el grupo se había expandido, eran más divertidos.
Ambos chicos se encontraban en un silencio demasiado incómodo. Ninguno articulaba palabra alguna. Esperaban la llegada de Minho y Jisung que ya iban un poco retrasados.
A pesar de que Hyunjin y Jeongin habían hecho las pases, eso no quitaba que hubiera momentos incómodos entre ellos, como el que estaba sucediendo en ese momento .

Hyunjin miraba insistentemente la hora, deseando con todas sus fuerzas que los chicos llegaran rápido.
Justo cuando pensaba en algún tema de conversación para romper ese silencio incómodo, llamaron a la puerta. Hyunjin suspiró de alivio y agradeció internamente.

Al abrir la puerta, la imagen que veía lo desconcertó.

—Emmm... ¿de qué se supone que están disfrazados?

—Primero que nada, buenas tardes a todos. Segundo, ¿acaso no es obvio? Soy howl y Minho es Sophie.

—Hola —sonrió Minho.

—Dime por favor que no salieron así a la calle.

—Entonces no te diré. Ahora hazte a un lado. —Jisung entró haciendo a un lado a Hyunjin—. Hola Jeongin, traje los tomos que me pediste.

Minho seguía en la puerta. Hyunjin lo miraba con una especie de vergüenza ajena y lástima. Se acercó hacia él y susurró en su oído:

—Oye, siento que te hayas visto arrastrado en esto.

—No hay problema. Me gustó disfrazarme de Sophie.

—Ese Han Jisung es todo un obsesionado con esa película. ¡Demonios Minho! Luces demacrado, tremendas ojeras tienes. Espera, no me digas. Jisung te hizo ver attack on titan hasta el amanecer ¿verdad?

—¡Pero porque tardan tanto en entrar, cierra esa maldita puerta de una vez Hyunjin! —gritó Jisung desde el sofá.

—¿Y como les fue en la convención? —preguntó Jeongin una vez que todos se encontraban reunidos en la sala de estar.

—Apestaba a inmundicia, enfermedad... —dijo Jisung.

—Y a muerte segura —completó Minho.

—Mucha gente nos miraba raro, tal vez les daba envidia ver nuestros hermosos disfraces. De todas formas no me preocupo, había gente mucho más rara que nosotros, aunque un par de personas se acercaban a pedirnos fotos.

—Me la pasé genial —expresó Minho—. Jamás vuelvo a ir.

—Ni yo —concordó Jisung.

[...]

—¡¿Pero como vas decir que barbie y las tres mosqueteras es mejor que barbie y la magia de Pegaso?!! —gritó indignado Jisung—. ¡Qué demonios Minho! Sabía que llegaría el momento en el que no estuviéramos de acuerdo en algo. Pensé que me comprendías.

—No me harás cambiar de opinión. Barbie y las tres mosqueteras es mejor que barbie y la magia de Pegaso. Fin.

—Barbie y las 12 princesas bailarinas es mejor que esas dos —echó leña al fuego Jeongin, ganándose una mirada de desaprobación de Minho y Jisung.

—Cállense todos —gritó Hyunjin—. No discutan por estupideces. Todos sabemos que la saga de barbie Fairytopia está a otro nivel.

Esto provocó que todos lo atacaran con almohadas.

—¡Paren, paren! Solo predico la verdad.

Iniciaron una brutal pelea de almohadas que acabó en carcajadas. Todos terminaron en el piso, despeinados pero felices. Ahogándose en sus propias risas.

Embarrassment || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora