Capítulo 2.

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Después del aquel vergonzoso incidente —que Jisung prefería no recordar—, las vacaciones de verano transcurrieron con normalidad. Lamentablemente estas habían llegado a su fin.
Jisung estaba a punto de iniciar su último año. La universidad le aterraba, pero no planeaba desaprovechar su último año. Planeaba sacarle el máximo provecho y disfrutarlo al máximo.

Al entrar al aula, lo primero que invade su campo de visión, es el rostro de su molesto mejor amigo haciéndole señas para que se sentara a su lado.

—Hola traidor. Te extrañé —Colocó su mochila en la mesa del pupitre.

—Yo también te extrañé, tirAbAnDeJAs.

—Bueno bueno, amanecimos un poco comediantes el día de hoy.

—¿Quieres ir por algo a la cafetería? Antes de que llegue tronchatoro.

—Vamos, necesitaremos por lo menos treinta panes de chocolate si queremos aguantar a tronchatoro hablando de números por dos horas.

Al salir al pasillo, decenas de estudiantes se encontraban murmurando. Al parecer algo interesante sucedió en la clase de a lado.

Jisung se acercó al oído de Hyunjin.

—¿Qué crees que haya pasado?

—No lo sé, ¿crees que Jennie y Kai hayan roto de nuevo?

—O tal vez Mingi volvió de su expulsión por tapar todos los inodoros.

Ambos siguieron cuchicheando como un par de viejas chismosas hasta llegar a la cafetería.

***

Durante la hora del almuerzo, el ruido de la cafetería era más fuerte del habitual. Hyunjin y Jisung ni siquiera se percataron del revuelo que había, estaban demasiado inmersos en su conversación engullendo la comida.

—Oye, ¿qué crees que se haya comido Mingi para dejar los baños en ese estado? —preguntó Hyunjin.

—¡Lo sé! Eso mismo pensé, entiendo que puedas tapar UN inodoro pero TODOS. Es extremo.

—Yo creo que comió pizza de la cafetería, esa mierda te hace expulsar hasta tus pecados más ocultos.

Su conversación se vió interrumpida por unos fuertes gritos de unas chicas que se encontraban en la mesa de a lado. Jisung se volvió hacia ellas indignado.

—¡Oigan! Se pueden callar, estoy en medio de una conversación important-

Y entonces lo vió. Caminaba con una bandeja en sus manos. Un fuerte escalofrío lo recorrió, y por un momento, se encontraba de nuevo tirado y humillado en el pegajoso piso del McDonald's.

Déjà vu.

El chico parecía buscar donde sentarse, pero todas las mesas estaban ya ocupadas. Hyunjin le hizo señas para que se acercara.

—¡Oye tú, el guapo! ¡Por aquí!

—Hyunjin que haces, cállate —regañó Jisung entre dientes, pero ya era demasiado tarde, el chico ya se encontraba de pie a su lado.

—Siéntate, no creo que encuentres sitio en otro lado y el almuerzo está a punto de acabar. En esta etapa de nuestras vidas debemos nutrirnos adecuadamente.

—Muchas gracias, me han salvado —Agradeció con una pequeña reverencia, sentándose a lado de Hyunjin y quedando de frente a Jisung.

Que pequeño era el mundo.

Jisung decidió romper el hielo.

—T-tú eres el cajero del McDonald's —Había tartamudeado más de lo que hubiera deseado; al chico no pareció importarle, ya que solo soltó una pequeña risa.

—Sí, mi nombre es Lee Minho, mucho gusto.

—Excelente servicio al cliente, espero que te hayan subido el sueldo por eso —soltó Hyunjin —. Por cierto, soy Hwang Hyunjin, y el chico frente a ti al cual rescataste de seguir humillándose, es Han Jisung.

—Ay dios que vergüenza, ¿sigues trabajando ahí? —Jisung sentía sus manos sudar, le temblaban las manos, así que decidió dejar de comer, a pesar del hambre que tenía.

—No, solo fue un trabajo de verano.

—Dios... que fea primera impresión te di.

—De hecho, me preocupé porque creí que habías muerto, ya que no te movías y no hacías ningún intento por levantarte.

Ese comentario hizo reír a todos, aligerando el ambiente notablemente. Sin embargo, Jisung reía más que nada para intentar ocultar su vergüenza, y lograr salvar aunque sea un fragmento de su dignidad.

—¿En que clase vas? —preguntó Hyunjin.

—En la 120.

—Oh... con razón la gente murmuraba tan extraño esta mañana. ¿Acabas de transferirte?

—Sí, de hecho soy de Gimpo, acabo de mudarme a Seúl en las vaciones de verano.

El almuerzo transcurrió tranquilamente, sin embargo Jisung no podía parar de recordar su humillante caída una y otra vez.

Además, las miradas indiscretas no dejaban de posarse sobre ellos, todo debido a su nuevo acompañante.

Jisung se prometió no volver a pisar un McDonald's en lo que le resta de vida. Solo recordar los colores chirriantes del establecimiento, le provocaba dolor de estómago.

Tal vez había desbloqueado un nuevo trauma. Esa noche golpearía a Ronald Mcdonald en sus sueños.

Embarrassment || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora