Capítulo 5.

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Hyunjin se encontraba más molesto de lo normal. Últimamente su humor estaba muy irritable, debido a que aún le quedaban tres días de castigo. Odiaba perderse el almuerzo, y la compañía de Jeongin no ayudaba en lo absoluto. Nunca se habían llevado bien por alguna razón. Hyunjin no sabía porque el pelinegro lo odiaba tanto. Pocas veces cruzaba palabra con él, excepto en clase de química, que les tocaba sentarse juntos. Desde el primer día Jeongin se mostraba arisco con Hyunjin.

Al rubio le molestaba la actitud tan despectiva de Jeongin, así que tampoco se quedó atrás.
De vez en cuando intercambiaban uno que otro insulto durante las prácticas de química, esto provocó uno que otro accidente y unas cuantas malas notas.
Sin embargo la bomba explotó la semana pasada, cuando "accidentalmente" Jeongin arrojó bicarbonato de sodio en los ojos de Hyunjin. El rubio en un ataque de ira prendió fuego al suéter del más joven, que se encontraba reposando en la mesa.
Por consecuencia, ambos tenían un castigo de una semana. Durante el almuerzo tenían que ir a limpiar los laboratorios de química.

Los primeros dos días lograron cumplir su castigo sin dirigirse la palabra. Lamentablemente Hyunjin era experto en cagarla.

El rubio caminaba por los pasillos arrastrando los pies; cuando abrió el aula se encontró con la fastidiosa presencia de un chico con ojos de zorro.

—Hola inútil —dijo Hyunjin mientras pasaba por su lado, provocando que el pelinegro le pusiera una zancadilla.

Hyunjin cayó al suelo de manera un poco humillante.

《Esto no se puede quedar así》Pensó.

Acto seguido, jaló de las piernas de Jeongin, provocando que este perdiera el equilibrio y cayera también. La cabeza del joven cayó sobre el estómago de Hyunjin, sacándole todo el aire. Ambos se estremecían adoloridos sobre el suelo.

—¿Cuál es tu maldito problema? —siseó furioso Jeongin.

—¿Cuál es TU problema Yang Jeongin? Siempre eres TU el que se mete conmigo primero. Desde un inicio TU empezaste a tratarme mal.

—Es porque eres demasiado fastidioso. Eres insoportable, con el solo hecho de oír tu voz me dan ganas de golpearte.

—¿Y que esperas? —Hyunjin empujó la cabeza de Jeongin fuera de su estómago, provocando que esta golpeara fuertemente contra el suelo. Jeongin, completamente poseído por la furia, se colocó a horcajadas sobre Hyunjin. Ambos terminaron peleando salvajemente, como un par de animales salvajes.

Terminaron tan golpeados para cuando un prefecto fue a detenerlos.

[...]

Se encontraban fuera de la oficina del director, esperando por su sentencia. El rostro de ambos chicos estaba cubierto por moratones y cortadas. Hyunjin temía el castigo que recibiría, pero en parte se sentía satisfecho por la paliza bien merecida que le propinó a Jeongin, aunque éste tampoco se quedó atrás. A Hyunjin le dolían tanto las costillas, que le costaba respirar. Ese enano si que era fuerte.

El timbre que daba por finalizado el almuerzo justo acababa de sonar, cuando vió pasar a Minho y a Jisung que se dirigían a sus clases.

—Diablos, para la próxima procuren ser menos apasionados par de tortolitos —se burló Jisung, haciendo reír a Minho—. Y recuerden usar protección jóvenes, últimamente hay muchos casos de gonorrea y herpes genital —Antes de que Hyunjin pudiera protestar, Jisung y Minho se alejaron por el pasillo riendo estrepitosamente como aquella mañana.

Sería un día largo.

Hyunjin miró de reojo al más joven, y, creyó ver por un instante, un leve rubor en sus mejillas. Era difícil de distinguir debido a los moratones, pero ahí estaba. Hyunjin se hizo el despistado y lo atribulló a los golpes.

Al sentir la mirada del rubio, Jeongin lo encaró, escudriñandolo sin vergüenza alguna. Antes de poder decir algo, el prefecto que los había encontrado, salió de la oficina del director.

—Pasen —ambos tragaron fuerte.

[...]

—No puedo permitir este tipo de comportamientos en esta institución decente —dijo con firmeza el director, haciéndolos encogerse en su asiento—. Me parecen comportamientos sumamente estupidos e inmaduros. En serio jóvenes, ¿en qué estaban pensando? Les aconsejo arreglar sus diferencias de manera más civilizada, o si quieren pelear como un par de animales callejeros, háganlo en la calle. No en mi escuela.

Hyunjin miró a Jeongin aterrado, este lo miraba de la misma forma.

—¿N-nos v-va a e-expulsar? —preguntó Jeongin. Parecía apunto de llorar, Hyunjin se burlaría, de no ser porque el se encontraba en la misma situación, luchando por retener las lágrimas.

—Sería lo más sensato...—Hyunjin sentía como su alma abandonaba su cuerpo, Jeongin se encontraba pálido a su lado—. Sin embargo, ambos son muy buenos estudiantes, sus calificaciones son muy buenas, así que solo les daré un castigo.

Por fin pudieron respirar, el color volvió a sus rostros.

—El castigo consiste en limpiar la escuela después de clase, incluyendo los sábados de 8:00 a.m. a 12:00 p.m.

—P-pero‐

—Sin peros, ni objeciones. Agradezcan que les doy otra oportunidad. No es la primera vez que hay un enfrentamiento entre ustedes jóvenes. Ya están un poco grandes para seguir peleando de esa manera. Una más, y ya no habrá consideraciones. Un solo problema más con ustedes, por más pequeño que sea, será expulsión para ambos. Ahora pueden retirarse.

Ambos se levantaron de sus asientos dispuestos a dirigirse hacia la sálida, sin embargo Hyunjin dió media vuelta antes de salir.

—Disculpe —el director hizo un sonido que indicaba que lo escuchaba, pero sin posar la vista en él—. ¿A partir de cuándo será ese nuevo castigo?

—A partir de ya.

—¿Todavía tenemos que continuar con nuestro anterior castigo? —el director por fin le dirigió la mirada.

—Por el resto de la semana, tendrán que encargarse de los laboratorios como ya estaba previsto, pero su nuevo castigo comienza a partir de hoy.

—Una última pregunta director.

—¿Cuál? —su tono sonaba con un toque de enojo, conforme Hyunjin hacía más y más preguntas.

—¿C-cuanto tiempo durará este nuevo castigo? —preguntó intimidado.

—Lo que resta del ciclo escolar.

Hyunjin y Jeongin lo observaban desde el marco de la puerta anonadados.

—Bromeo. Un mes. —respondió riendo, sin embargo a Hyunjin no le parecía gracioso en lo absoluto—. Ahora, si no tiene más preguntas ¡largo!

[...]

—A veces pienso que el director es el mismisímo anticristo —dijo Hyunjin mientras se alejaban por el pasillo, fuera de la oficina del director—. ¿Puedes creer que nos tendrán de esperancitos limpiando la escuela? Por mi que es un pretexto para ahorrar en conserjes —ese último comentario hizo reír a Jeongin, causando que Hyunjin también riera.

Cuando llegaron a su aula, el maestro los miraba con desaprobación.

—Llegan tarde. Interrumpen mi clase y todavía llegan en ese estado. ¡Vayan por un reporte ahora mismo! Ambos tienen falta y ni se molesten en volver.

Al parecer ese día la suerte no estaba de su lado.

Embarrassment || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora