CAPÍTULO 1

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En poco tiempo aprendí una gran lección y entendí la frase, "los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos".

Una vez me crucé con un ángel en forma humana, apareció en un momento donde necesitaba bastante apoyo y le agradezco haberme hecho feliz, pero al conocerlo mejor, me di cuenta que realmente era un demonio. No paso mucho tiempo para que la vida me cruzara con otro individuo, todos decían que podría ser el mismísimo Lucifer encarnado; sin embargo, quién parecía la persona más aterradora resultó ser un verdadero ángel.

-¿Estas segura que te sientes lista para regresar al instituto? – mi hermanito irrumpe mis pensamientos regresándome a la realidad.

-Mañana comienza el curso y todo está listo, no puedo echarme para atrás. Además, no detendré mi vida por Liam.

-Con respecto a eso... ¿Cómo te sientes? – apenas ha pasado una semana, claramente sigo sintiéndome fatal. No importa cuánto daño me hizo, mi amor por él es más fuerte y siento que nunca podré superarlo e incluso, me atrevería afirmar que es a quién amaré siempre.

Quisiera confesarle mi verdadero sentir, pero conozco a Allen, lo que menos quiero es escuchar recriminaciones; sin embargo – Me siento mejor - me limito a contestar - Es tarde All, deberías dormir o preparar tus cosas, mañana comienzas la universidad.

-Tu igual princesa, ¡mañana será un gran día para ambos! - Da un saltito emocionado - Ya verás que todos estarán locos por nosotros.

-Allen por dios – reí rodando los ojos – Vienes a estudiar, no a conquistar chicas

-Diviértete hermanita, pero no pierdas de vista tus objetivos – me sonrió guiñándome un ojo – Buona notte, ti amo (buenas noches, te amo)

-Chao, descansa – me lanza un beso saliendo de mi habitación. Cierro la puerta y me acuesto en mi cama pensando que a veces quisiera ser un poco más optimista, como mi hermano.

Mi celular suena indicando mensaje, reconocía ese tono especifico del chat – Liam – pronuncio con un nudo en la garganta. Apuesto que ya he de tener mínimo cien mensajes de él y solamente de este día.

Hay momentos donde quisiera responderle, decirle que estoy bien o simplemente escucharlo pedirme perdón, pero sería humillarme más y no lo haré. Duele, sin en cambio ya había sufrido lo más difícil – Soltarlo, dejarlo ir – ahora únicamente me queda pensar positivo y seguir adelante.

Nuevamente suena mi teléfono, esta vez es una llamada y prefiero apagarlo; a este paso me veré obligada a cambiar mi número si no deja de molestar - Mejor duérmete Emma - me digo antes de cerrar los ojos – Cumpliré mi promesa Davis, no volveré a molestarte – y con ese juramento en mente caí en brazos de Morfeo.

(...)

-Paso por ti a la salida – asiento dejando un beso en la mejilla de Allen – Éxito Emm – grita alentadoramente alejándose.

¿Qué haría yo sin mi hermano?, definitivamente algunos hermanos son un regalo divino.

-De regreso a clases – pienso bufando; odio los primeros días de clases, siempre son los más complicados, sobre todo para los nuevos – Era esto o seguir sufriendo en casa – intento darme ánimos.

Camino bajo la atenta mirada de todos, no me gusta sentirme el bicho raro; la nueva. Tengo en cuenta que es mi último año de preparatoria, todos tienen sus grupitos a estas alturas y aun así, espero no sea tan difícil mi estadía.

Antes de entrar una chica un poco más bajita que yo se acerca -Hola, tú debes ser Emma Stone, ¿cierto? – Asiento; ella me sonríe extendiéndome su mano - Soy Camila, mucho gusto. Seré tu guía por el día de hoy.

MI INFIERNO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora