CAPÍTULO 27

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Nahiara Coleman.

Llegando a casa lo obligué acostarse e hice que tomara un sedante o de otro modo apuesto, pasaría en vela toda la noche. Su ataque me inquieta, desde que lo conozco hemos atravesado situaciones complicadas donde las vidas de su familia estaban de por medio, pero jamás lo vi sentir tanto pánico como hoy. ¿Por qué?, ¿Qué figuró Avaline en su vida?

-Tome mi Señora - coloca una manta sobre mis hombros - Hace fresco aquí afuera - deja una taza de leche tibia sobre la mesa.

Ladeo una sonrisa agradecida – Siempre estás cuidándome - Fabri no es un joven de veintitantos años, es un hombre de cuarenta y cinco; según me ha contado Steve, se conocieron durante el tiempo que vivió con mi tío, pues trabajaba para él. Formaron una buena amistad, consideran su relación más como familiar y se ve en su lealtad, respeto y confianza; de hecho la primer persona que integró su mafia fue precisamente Fabrizio, después llegó Enzo, aunque éste sí sea de la misma edad que mi esposo. Sin embargo, no importa su diferencia de edad, Fabrizio se conserva bastante bien y aparenta menos años.

-Eres como mi nuera - murmura guiñándome un ojo - ¿Cómo está?

-¿Él o yo?

-Usted.

-No seas tan formal entonces - hice un ademán pidiéndole sentar - No me hagas repetir - advertí ante su resistencia. Resignado, suspiró sentándose.

-¿Cómo te encuentras? - inquiere siendo más cercano.

-Sinceramente desconcertada, extrañada, abrumada... No sé - dejo una mano en mi cien - Eso sí, estoy preocupada.

-Hace años no tenía un ataque de pánico - sus palabras captan mi atención - El regreso de Avaline... ¡Ug!, odio a esa mujer.

-¿Por qué?

-No soy quién para contarlo - niega agachando su cara con un sentimiento amargo.

-Por favor...

-Patrona no me corresponde - me mira suplicante, suspiro resignada sabiendo que no conseguiré información de él - Únicamente diré que esa mujer debió quedarse dónde suponíamos estaba - aguardé expectante - En la tumba - concluyó tras un prolongado silencio. No pude indagar, fuimos interrumpidos.

-Volví - anunció el ojiverde con un aura oscura.

-¿Los siguieron? - negó - Tengo hambre - mencioné queriendo apaciguar el ambiente denso - ¿Quieren cenar? - pregunté sin mirar al otro rubio. Sabiendo cómo es mi cuñado, contestará una afirmativa.

-Mucha - << como dije >>, sonreí mirándolo sobar su estomagó cual niño - ¿Cocinas? - juntó sus manos poniendo ojos tiernos.

-Niño Kyle, tiene manos - bromista, Fabri le respondió - Conoce las órdenes de su hermano.

-Si no está quiere decir que mi hermosa cuñada debió dormirlo, así que no veo inconveniente - se encogió de hombros volviendo a poner su expresión aniñada - ¿Si?

-¿Qué quieres pollito? - utilicé el mote utilizado por Steve, negando mientras nos dirigíamos a la cocina - Pregunta si los chicos cenan, por favor - Fabrizio asintió yendo acatar mi orden.

-Sabes que Blanca llega mañana ¿verdad? - Asentí - Entonces, si aceptan ¿cocinarás para más de cincuenta escoltas? - inquirió sorprendido.

-Cocinar para ti es cocinar para cien gentes - conteste burlona - Ayúdame a traer las cosas de la alacena, mejor.

-¿Cuánto?

-Agradecen su invitación, pero ya pidieron su cena.

-O mejor dicho le temen a mí hermano - Kyle se fue entre risas. Rodé los ojos negando.

MI INFIERNO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora