CAPÍTULO 28

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Steve Coleman.

<< Amo despertar así >>, pienso acariciando su cuerpo desnudo sobre el mío. Nahiara se remueve, se abraza más a mí y sigue dormitando.

-Duerme o cierra los ojos - murmura enfadada - No puedo dormir tranquila si sigues viéndome.

Ladeo una sonrisa socarrona - ¿Por qué? - me giro tirándola sobre el colchón para tener mayor acceso a su pecho; me acomodo sobre mi brazo y pellizco uno de sus pezones endureciéndolos enseguida. Su piel erizada alimenta mi orgullo sabiendo que la piel es de quien consigue ponerla así.

-Steve - se remueve sin abrir los ojos - Tengo sueño.

Me monto sobre ella bajando a la altura de sus senos, mi aliento choca contra su piel endureciéndolo más; lambo uno lentamente antes de darle una pequeña mordida para finalmente succionarlo. Mi otra mano atiende su otro seno - Uhm...- jadea gustosa alimentando más mi ego.

-¿Seguirás dormida? - pronuncio ronco, cambiando de pecho.

-Ajá - reprime su jadeo.

<< Mi Señora Coleman se hace la difícil >>

Me gustan los retos, aunque éste no sea uno precisamente - ¿Segura? - inquiero sobando su entrada con mis dedos.

-Sí - traga pesado contestando en un hilo de voz. Eso de sentir los síntomas del embarazo no se limita a náuseas y mareos sino también a los antojos y hormonas alborotadas - Ah... - muerde su labio retorciéndose del placer. Mi endurecido pene duele, torturarla es torturarme doblemente.

-No creo que estés tan dormida si gimes de esa manera - con dificultad, lleva su pie a mi miembro acariciándolo con sus dedos - Joder - gruño apretando las sábanas. ¿Cómo un roce torpe puede hacerme delirar?

-Si quieres puedo despertar e irme - reta en un tono que pareciera como si fuera una minina ronroneando - Te quedarías con las ganas.

-Oh no - rio levantándome, la alzo dándole vuelta e inmediatamente me ayuda acomodándose en cuatro - Jamás me dejarás con las ganas - palmeo su nalga haciéndola levantar más su culo y me introduzco en ella sin piedad. Si sus gritos inundan la habitación, puedo imaginar cómo se escucha el resto de la casa; duramos un buen rato así, luego regresamos a la posición inicial y terminamos con ella cabalgándome. Nahiara alcanzó primero su orgasmo y enseguida llegué yo.

Sus ojos abrieron mostrándome su precioso color café por primera vez esta mañana - Buenos días - se levantó mordiendo su labio al sacarle mi pene de su vagina. Escaló mi pecho para quedar a la altura de mi cara y me besó dulce.

-Ora sí, é una buona giornata. (Ahora sí, es un buen día) - degusté sus labios carnosos un rato más - Prezioso angelo.

-Mi scioglie sentirti parlare italiano. (Me derrite oírte hablar italiano) - suspiro embelesada.

-Y a mí me pone muy caliente, así que levantémonos o no saldrás de este cuarto hasta mañana - advertí acariciando sus nalgas.

-Tres rounds anoche, un mañanero ¿y aún no tienes suficiente?

-Si no puedes con ello - entrecerró los ojos amenazadora, intuyendo mis palabras - Siempre puedo encontrar a alguien más - silencio; en vez de decir o gritarme obtuve silencio.

-Bien - se encogió de hombros.

-¿Bien? - cuestioné incrédulo. ¿Cómo debería tomármelo?, sobre todo porque está muy serena.

-Bien - repitió escurriéndose bajo mi atenta mirada. << Mierda >>, gruñí en mis adentros al descubrir sus intenciones. Su lengua recorrió desde la punta de mi pene hasta mis bolas haciéndolo cobrar vida enseguida con esa simple lambiada; chupo la punta unos segundos sin meterse más o darme placer con sus manos.

MI INFIERNO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora