CAPÍTULO 3

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En dos meses hizo lo que otro no pudo en dos años.

...

Llevaba saliendo con Steve dos meses, nos habíamos hecho grandes amigos. A veces pasaba a recogerme del colegio, me visitaba en mi casa e íbamos de paseo, o simplemente nos quedábamos platicando por horas en el jardín; los temas de conversación nunca faltaban y sus regalos tampoco. Todos los días recibía un ramo de rosas, ya fuera en mi casa o escuela y si él no podía llevarlas las enviaba, pero jamás faltaban.

A su lado el tiempo se me hacían minutos, cuando menos nos dábamos cuenta ya había anochecido y tenía que marcharse. La sensación cada que se iba era deprimente, no me gustaba sentirme abandonada y tampoco quería que se fuera, pero no era nadie para hacerlo quedarse.

-¿Estás saliendo con él? - preguntó Alonzo frunciendo el ceño, íbamos saliendo del colegio.

-No la molestes - respondió Sandro; Cami hoy no vino, estaba de viaje por parte de un proyecto escolar – Ella puede salir con quién quiera.

-Sandro tiene razón, Alonzo. Pero para tu información no; no salgo con él, sólo somos amigos.

-¿Entonces aún tengo oportunidad? – me detuvo acercándome a él; un escalofrío recorrió mi espina dorsal y Sandro se aclaró la garganta haciéndome señas con la mirada.

-¿Interrumpo? – cuestionaron severamente a mis espaldas.

-No – me separé rápidamente del chico - ¿Qué haces aquí?, Pensé que no vendrías.

-Vine a darte una sorpresa.

-Y el sorprendido fue otro - susurró Sandro ganándose una fulminante mirada mía - Ya nos vamos – se excusó nervioso – Alonzo – éste último suspiró resignado y se marchó.

-Dijiste que no podrías venir hoy.

-¿No te alegra verme?

-No seas tonto, sabes que sí.

-El chico que va con Sandro, ¿es tu novio? – indagó con un deje de molestia.

-¿Qué? – alce una ceja, confusa. ¿Acaso está celoso?

Rodó los ojos dando media vuelta – Olvídalo – parece crío, pensé viéndolo caminar hacia una camioneta negra.

-Aguarda un momento - corrí quedando delante de él - ¿Estás celoso? – inquirí sonriendo divertida.

-¿Tendría que estarlo?

-En lo absoluto – me encogí de hombros; abrió la puerta del copiloto haciendo ademán que subiera.

-Steve, ¿por qué hay maletas atrás?, ¿a dónde vamos?

-Es una sorpresa – sonrío dejándome con la intriga; increíble ver ese cambio de emociones, hace un minuto estaba bastante serio y ahora luce una hermosa sonrisa, en fin. Decidí no seguir preguntando, me limité admirar el paisaje hasta que me quede dormida.

Steve Coleman.

-Ni diez minutos y se quedó dormida – me orille acomodándola mejor en su asiento, subí la ventana de su lado y mejor encendí el aire del carro.

Estos 2 meses a lado de Emma han sido increíbles, a medida que la conozco mis sentimientos por ella crecen. Cuando me presenté ante mi ángel, aquí en Italia, tenía miedo de ser rechazado y doy gracias que no haya sido así. Durante este tiempo he tratado de ayudarla a superar y recuperarse de su pasado con el imbécil de Liam; Alessandro me contó su historia, sé cuánto la dañó ese tipo y por lo mismo no quiero presionarla a nada, quiero tomarme mi tiempo con ella.

MI INFIERNO PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora