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Mi amiga enfermera tiene la llave de este estúpido grillete que me rodea mi tobillo y me sorprende que la tenga.

"Como la tienes tú?"

"sshhhh después..."

"Ahora no hay tiempo para preguntar ni explicar nada."

"Tengo que sacarte de aquí antes de que llegue Rey."

Mi amiga me quita el grillete y me da ropa blanca como la de ella.

"Pontela lo mas rápido que puedas princesa, tenemos que salir de aquí."

Hago lo que me dice, me pongo todo con cuidado y rapidez, pues mis heridas aún duelen y lastiman.

Estar con Rey, permanecer a su lado es sufrimiento, dolor.

Heridas pero combinado con placer.

"ooouuchhhh..."

No puedo mas que quejarme cuando la tela de las prendas me envuelve.

Y es que hace tiempo que no tengo tanta ropa en mi cuerpo, es muy raro sentir mi cuerpo de nuevo cubierto por tanta tela.

"Bien, ahora ponte estos zapatos, los calcetines están dentro, rápido princesita."

Mi amiga mira por la puerta impacientemente mientras que yo lucho por ponerme estas prendas.

Es totalmente extraño, no debería de ser así, pero me siento tan rara con ropa.

Con esta ropa blanca de enfermera.

"Como saldremos de aquí amiga?"

"Tu no te preocupes, tengo un auto y te llevare al hospital para que te traten bien..."

"SI estas ahí Rey no podrá tocarte, no dejaran que te toque, no puede arriesgarse..."

"Además de que no dejarán que te toque...no dejarán que te vuelva a tocar."

Mi amiga habla como si estuviera repitiéndose algo para ella sola...

Eso me da desconfianza, pero si ella puede sacarme de la tortura, haré lo que sea.

No se como sobreviviré afuera, pero es mejor que vivir aquí adentro con este demonio infrahumano malvado y guapísimo Rey.

Toma mi mano cuando estoy lista y ambas caminamos despacio por el pasillo tenuemente iluminado por unas lamparitas de noche ubicadas en la pared.

La casa esta en silencio, oscura en algunos rincones, demasiado silenciosa..

No se que hora es, ni a que hora regresara Rey.

Las veces que Rey me ha dejado dormir de corrido algunas noches han sido las mas felices y las que mas le he agradecido.

Mi cuerpo se recuperará, yo me recuperaré.

Y en mis sueños soy libre, soy feliz, trabajo, puedo tener una vida sin tortura.

Sin ser el juguete humano de alguien sin escrúpulos ni humanidad.

"ssshhhh...casi llegamos a la puerta Princesita, salgamos y el auto estará afuera esperándonos..."

"Dame tu mano para no perderte."

Perderme?

Hago lo que me dice, pero no comprendo.

El patio delantero de Rey no es muy grande ni tiene obstáculos de ninguna clase, solo es pasto, algunos arbustos y arboles pequeños.

Cuando abre la puerta, el viento helado de la madrugada gélida nos golpea a ambas y me hace tiritar de frío.

Debido a mi escaso peso, no tengo mucha tolerancia al frío, pero estando dentro de la casa, no tengo frío por el clima, pero ahora...

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora