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De acuerdo, esto es totalmente nuevo para mi.

La cabaña es enorme.

Toda de madera y dentro de ella hay muebles todos hechos de madera, comodos y comfortables.

Busco algo, algun indicio que me diga que estoy en lo cierto.

Que estos dos son unos pervertidos ancianos que gustan de coger a las chicas, pero cada minuto o dos minutos ellos se besan sin importarles que los veamos o no.

Tomados de la mano, Jack y Logan me muestran la casa por completo.

"Este es el baño."

"Aquí encontrarás lo necesario para que puedas tomar una ducha reconfortante y cálida."

Jack, el ancianito de barba me comenta indicándome que hay shampoo, acondicionador, jabón y toallas.

"No esperábamos tener visitas, pero con las maravillas de la modernidad podemos ordenar en línea muchas cosas!"

Comenta Logan abriendo un armario de madera y revelando batas de baño rosas y sandalias de baño rosas.

"Toma la esponja que más gustes para bañarte princesa!"

Ellos me señalan una cesta donde hay más de cinco esponjas sin usar, todas rosas.

"Te daremos privacidad."

"Cuando salgas del baño, las muñequitas te dirán donde puedes cambiarte de ropa."

La puerta se cierra tras ellos.

Y aquí estoy yo, de pie en este baño gigante sin saber si puedo o no confiar en estos hombres.

Pero decido aprovechar la situación, porque hace tiempo que no me he duchado.

Y debo apestar la verdad.

Me quito la ropa apestosa dejándola caer en el suelo y tomo unas sandalias, que para mi buena suerte, me quedan perfectamente.

Enciendo la ducha para que el agua comience a descender y extiendo mi mano para poder ajustar la  temperatura.

Un gemido de alivio sale de mi boca cuando entro en el agua tibia y esta recorre mi cuerpo maltratado y sucio.

Los viejos habitos regresan a mi.

Por lo que lavo mi cabello al igual que mi cuerpo más de tres veces.

Cierro el agua y tomo una de las toallas para secar delicadamente mi piel.

Observo mi cuerpo desnudo y delgado en el espejo.

Aun tengo la profunda cicatriz en mi tobillo, la cual, a veces me duele cuando hace frío.

Mi cabello ya no es tan escaso.

Mi cara ya no esta tan ojerosa a pesar de todo.

Pero sigo tan delgada que se notan mis costillas, mis heridas previas, mis azotes, mis golpes, mis marcas de dientes, de uñas...

Suspiro decepcionada y me pongo una de las batas de baño rosas de este lugar.

Cuando salgo, una de las chicas está esperándome sentada en una silla, bebiendo algo con ansia y desesperación.

"Princesa!"

"Ven, te mostraré donde está nuestro gran armario!"

La chica de cabello rojo me guía hasta la habitacion contigua donde puedo ver que hay varias camas individuales...

"Mira, mira princesa!"

"Muchos vestidos hermosos y todos son para nosotras!"

Y es verdad, hay demasiado vestidos blancos, rosas, amarillos, azules palidos con lacitos, olanes, vuelitos...

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora