Dulce Juguetito

19

Pareciera que la niña en verdad aprendió porque todo ha estado muy tranquilo en el sótano.

Y yo  tengo muchísimas dudas de lo que paso.

En primera, ella dice que cariño fue el que le hizo todo ese daño...

Pero cariño se portó demasiado gentil y amable conmigo.

En segunda, ahora pienso que de alguna forma así fue mi llegar a ese sótano.

En ese fatídico día yo sali de la casa de mis padres para ya no regresar nunca más.

Camine muy poco cuando senti el pinchazo fatal en mis manos por ir distraída y comencé a marearme.

Algunas chicas me preguntaron si me sentía bien y Rey les dijo que era mi novio.

Que solo se me había bajado el azúcar en sangre y que me llevaría de emergencia al medico.

Y asi, frente a todos, sin que mis padres me buscaran, Rey me raptó.

Y heme aquí, ahora vivo y convivo con mi captor todos los días.

Intento disfrutar el sexo porque es lo único que parece satisfacer a Rey.

Quien ha cambiado sus malos hábitos de torturarme y tratarme como si fuera un pedazo de carne y piel para hacerme el amor.

Todo ello gracias a que me compartió con cariño, quien en mi experiencia, me hizo el amor.

"Rey, le llevarás algo de comer hoy a la niña de abajo?"

"No princesa tengo que salir, pero tu puedes llevarle algo comer, cierto?"

"Debo asistir a un compromiso adquirido con anterioridad."

Rey me besa en la boca casi tratándome entera mientras que sus manos amasan mi trasero rudamente..

"Princesa, princesa, debo alejarme de ti o te haré el amor...."
Dice pegando su frente en la mía.

No me había dado cuenta, pero Rey está a ataviado con un traje elegante azul marino.

Corbata y pañuelo incluidos.

Se ve bien el hijo de puta, casi decente el cabrón.

"No puedo llegar tarde a mi evento.

"Pero cuando regrese, tu y yo tendremos multiples orgasmos recorriéndonos alternadamente mi hermosa princesita."

No se si es promesa o amenaza la que me hace Rey pero sus palabras me estremecen.

Cuando se va me da un besito de despedida como si fueramos en verdad marido y mujer.

Se que tengo autorizado a llevarle a la niña y me muero de ganas de hablar con ella.

Como quiero que confie en mi le hago un sándwich de huevo con jamon que para alguien que no ha comido mas que galletas rancias y un poco de queso es un banquete.

Si lo sabré yo porque esa fue mi escasa y maldita alimentación durante mucho tiempo.

Abro los candados, esta vez una sensación rara me atraviesa el estomago de estar del otro lado.

Enciendo solo una luz tenue, escucho la cadena moverse y antes de que la niña se ponga a la defensiva o intente de nuevo atacarme le hago saber que no es Rey el que baja.

"Tranquila niña, no soy el bastardo, Él se fue y me dejo a cargo de darte de comer."

La niña está hecho un ovillo en estas sabanas increíblemente sucias, como si se hubiera revolcado en tierra o lodo.