67

1.8K 146 21
                                    

Esto es...inesperado.

Mientras Reginald "limpia" el chocolate de mis pliegues y lo mismo hace Stone, Rey nos tortura de otra forma a nosotras.

Tres hombres, solo dos mujeres...

"Abre la boca princesita Elizabeth."

La abro antes de que me lo pida pues dejo escapar un gemido debido al extasis que me golpea.

Los gritos de Iris son amortiguados por la mano grande de Rey, quien sirve como mediador y referí en este lugar.

"Muy bien, ahora muerde."

Una hermosa y grande fresa roja cubierta con chocolate yace frente a mi de manos de Rey.

Muerdo la estúpida fruta lo mejor que puedo porque la lengua de Reginald no da tregua!

"aaaaahhhhh....."

Las dos gemimos y parece que ese sonido incita a estos bastardos doctores a devorarnos con más hambre e ímpetu.

Mis muslos tiemblan, mis pies tiemblan, mi vientre tiembla debido al placer!

"Eso, buena niña, buena niña."

Ahora es mi turno de que Rey rodee mi boca con su gran mano mientras alimenta a Iris.

Oh dios, esto es un nuevo nivel de placer para mi.

Iris y yo nos sostenemos a duras penas sobre nuestros codos mientras miramos a nuestros malnacidos doctores entre nuestras piernas, sosteniendo con fuerza nuestros muslos para que no los cerremos.

"Lamento mucho decirles esto, pero el postre se terminó."

Solo una lamida más, un beso en mi punto dulce y Reginald me tiende la mano para que me levante.

Cuando lo hago puedo ver que Rey acomoda el cabello y vestido de mi amiguita mientras que Reginald hace lo mismo conmigo.

"Reginald, princesa Elizabeth, fue toda una delicia compartir esta cena con ustedes."

Tanto mi amiga como yo estamos ruborizadas, con pequeñas gotas de sudor y con el maquillaje corrido.

Ambas tenemos problemas para mantenernos en pie, pues si conté bien, este bastardo doctor quien ahora me rodea con su brazo por la cintura, me hizo venirme más de tres veces seguidas...

"Stone, princesa Iris, el placer fue todo mío."

"Y de nuestro, chef, Rey traidor."

La sonrisa de Rey se congela cuando escucha las palabras de Reginald, pero no recrimina nada.

"Lo sabemos, cocina muy bien."

"Bueno, les deseamos una bella noche."

Stone carga en brazos a Iris quien se acurruca contra su pecho.

Puedo ver que el maldito doctor la recuesta en el asiento trasero de su camioneta, cierra la puerta y se despide con una enorme sonrisa de chocolate.

"Nunca me canso de tus dulces jugos princesa Elizabeth."

Me susurra Reginald en mi oído haciendome estremecer.

"Suficiente, es mi turno de estar con ella."

"Tu debes lavar los platos."

Reginald se ríe, me da un beso en la mejilla y me "cede" con Rey Amable.

"Ven princesita, te limpiare de nuevo."

Ay no, por dios, no se si podré resistir tener más sexo.

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora