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No recuerdo hace cuanto mi cuerpo se sentía de esta manera.

Tan vivo...

Tan caliente...

Tan deseoso del toque de las expertas manos de Mi sádico pervertido favorito!

Es como si estando al lado de Mi Rey, mi cuerpo se iluminara por miles de fuegos artificiales que arrasan con mis entrañas, mi corazón, mi mente, mi piel...

Rey consume todo de mi.

Y ahora estoy decidida a consumir todo de él.

"Te extrañé tanto en todo este maldito tiempo, princesita mía."

"Tanto tanto..."

Y yo te he extrañado tanto Rey mío.

Soñé tanto este momento en el que Rey me carga para arrastrarme a un lugar apartado y oscuro.

No importa a donde me lleve.

Incluso en el infierno mismo me quemaría con gusto si fuera al lado de Mi Rey.

"ELIZABETH!"

"PRINCESA ELIZABETH!"

"MUÑEQUITA ELIZABETH!"

Escuchamos ambos los gritos distantes.

La puerta se cierra detrás de Rey quien me azota contra la pared en este escondite secreto.

"Es así como ahora te llaman?"

"Elizabeth?"

Mi maldito Rey me cuestiona con una cara de verdadero enfado.

Una cara que ahora amo ver y que antes tanto temía.

"Si."
Respondo apresuradamente.

"Princesa..."

El musculoso, caliente, duro cuerpo de Rey me aplasta, sacandome el aire por completo mientras que sus manos sostienen mi trasero con mucha fuerza.

La cara de mi Rey se entierra en mi cuello respirando pesadamente.

"No puedo creer que te tenga en mis brazos de nuevo..."

"Sufrí tanto sin ti a mi lado..."

"Todas esas noches y días en los que estuviste separada de mi."

Rey me concede la gracia de que el aire de nuevo llegue a mis pulmones cuando retira su fuerte torso para mirarme a los ojos.

"Estás más hermosa que nunca..."

"Miranda te ha tratado bien."

"Al igual que ese par de ancianos gays."

Y es entonces cuando de nuevo toco el cielo con ambas manos.

Rey estrella de forma posesiva, dominante y demandante sus rojos, carnosos labios contra los mios.

Quiero que me coma por completo.

Quiero fusionarme con Rey!

"MMMMMHHHH!"

Gemimos mientras el delicioso sabor metálico inunda nuestras bocas.

Mi lengua se rinde ante los embistes de Rey por lo que se contorsiona extasiada por completo en mi boca.

Toda...

Toda soy de Rey.

Pero...

"Si tanto me extrañaste, porque tenías replicas mias en la Casa Real?"

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora