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Sobre la mesa estoy amarrada como si fuera un enorme pavo.

Expuesta totalmente, desnuda, untada con una sustancia resbalosa que huele a chocolate por todo el cuerpo.

Obviamente estoy atada de pies y manos sobre una tela que simula un plato.

"hhhuummm...tan deliciosa..."

Estoy comenzando a sospechar que a este chico le dicen el chef no porque a eso se dedique.

Primero me puso fruta en mi vientre, fruta que devoró de forma sensual y provocativa.

Después me puso una especie de gelatina en mi entrepierna cerrada y la devoró por completo volviéndome loca porque no pude acariciarlo.

Cariño me ató las manos a la mesa.

Y yo ansié que lo hiciera.

Al reves que con Rey, esperaba que Cariño me hiciera un poco de daño.

Quería que fuera rudo cuando me penetrara.

Quería que fuera duro al golpearme el trasero.

Quería que me rodeara con sus manos mi torso y lo apretara fuerte contra su pecho.

Quería que poseyera de mil formas y morir en sus brazos.

Cariño terminó su gelatina y me limpió con cuidado.

Después me untó esta cosa que huele delicioso y me dijo que cerrara los ojos.

Lo hice respirando hondo cuando sentí como me amarraba.

Dios lo ansio tanto!

Ahora que puedo verlo quiero que me coma por completo, soy suya, solo suya.

Se divirtió, no, nos divertimos mucho los dos cuando me untó esta cosa en todo mi cuerpo.

Ahora se que me la chupara con su lengua y boca.

"Me dare un banquete digno de un monarca con tu cuerpo, Princesita."

"Me encanta tu sumisión, tu disposición para jugar y dejarme hacer todo lo que quiero contigo..."

Si, si, si, si mi mente susurra.

"Eres mi opción más anhelada y pronto seras mía en exclusiva."

Si llévame, llévame cariño.

"Cariño..."

Susurro cuando su lengua comienza a chupar mis dedos de los pies.

Mi entrepierna pulsa, mi cuerpo grita por mas, todo mi cuerpo tiembla de ansiedad por cariño.

Lentamente baja por mis piernas atadas hacia arriba, me da un lametazo largo en mis pliegues y sigue con su festin.

Gimo, jadeo y abro los ojos cuando siento que sus manos me rodean mi garganta, pero sin hacer fuerza.

"Princesita, no debo pero tengo que hacerlo..."

"Rey debe de creer que solo eres una más para mi..."

"Por eso debo de hacerte algo de daño..."

"Sera por poco tiempo que estarás con Él, lo juro, serás mía, estarás conmigo y te amaré."

"Tu serás mi primer juguete, el mas amado."

"Pero hasta ese momento, debo hacerlo para que Rey no te dañe, comprendes?"

No, su lógica es retorcida, pero susurro un débil si.

Cariño empuña una filosa daga frente a mi.

Su filo destella con la luz y mi miedo se hace presente.

Dulce JuguetitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora