quattordici🧦

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Un mes después.

Frotando su cara contra el pelo del ancho pecho de Dylan, Thomas se preguntaba cómo era posible sentirse tan bien con un hombre que era la definición de "tipo equivocado".

Era algo escalofriante cuan sexualmente compatible era con Dylan. No era como si las experiencias sexuales previas de Thomas fueran malas -lejos de ello- pero esto era algo más. Este era el tipo de atracción que lo hacía sentir drogado cuando Dylan lo tocaba, y hambriento de sexo cuando Dylan no lo hacía. Era embriagador. Era aterrador. Era aterrador lo bien que Dylan podía leer su cuerpo y tocarlo como a un instrumento: era mandón cuando Thomas deseaba ser poseído y mandoneado, era gentil y comprensivo cuando Thomas necesitaba abrazos y acurrucos, y era deliciosamente cruel y atemorizante cuando Thomas estaba de humor para fingir que no lo deseaba (con Dylan, siempre lo deseaba).

La parte más aterradora era, que iba en ambas direcciones. Thomas estaba perfectamente en sintonía con Dylan. Cuando Dylan estaba en un humor oscuro, Thomas se encontraba volviéndose maleable y extremadamente sumiso, dejando a Dylan marcarlo y sacar su frustración sobre él -y excitándose con ello. Se excitaba complaciendo a Dylan, lo cual era... sí, probablemente jodido.

La parte más jodida era, que ni siquiera podría decir que se estuviera aprovechado de él o mintiéndole de ningún modo. Dylan no pretendía ser nada que no fuera. Thomas no empezó a pensar repentinamente que Dylan podría ser un buen tipo incomprendido. Dylan no era un buen hombre; Thomas era perfectamente consciente de ello, y sin embargo, eso no cambió para nada su insana atracción por él.

—Eres malvado —murmuró contra el pecho de Dylan. —¿Cómo me has convertido en un ninfómano?

Sintió más que oír la risa de Dylan.

—No es mi culpa que seas una mierdita pervertida, kudryashka¹.

—¿Qué significa eso? —murmuró Thomas, sin molestarse en negar lo de pequeña de mierdita pervertida. —No conozco esa palabra.

Sonaba como un mote cariñoso. Thomas esperaba que no fuera un mote cariñoso. La tendencia de Dylan a utilizar apelativos cariñosos que no sentía no era para nada entrañable.

Dylan jaló su pelo.

—Significa "Rubito." O algo suficientemente parecido.

Estupendo. Así que otro cariño fingido.

—Estoy empezando a pensar que tienes algo con mi pelo —dijo Thomas.

—¿Qué te dio esa idea? —dijo Dylan, pasando su mano por entre los rizos.

Cayeron en un silencio que no debería haber sido tan cómodo.

—¿Alguna vez has matado a alguien? —murmuró Thomas, arrastrando los dedos por el musculoso brazo de Dylan.

—Lo he hecho —respondió Dylan.

Un escalofrío recorrió la espina de Thomas. La respuesta de Dylan no lo sorprendió en sí misma -habría estado más sorprendido si la respuesta fuera negativa- pero la calma con la que Dylan hablaba de ello era jodidamente escalofriante.

Thomas miró el tatuaje en el brazo de Dylan, una única palabra en ruso: "Помни." Significaba "Recuerda". Thomas no sabía la historia detrás del tatuaje, pero le parecía un buen consejo: nunca debía olvidar de lo que era capaz este hombre.

—¿Quieres decir personalmente o dando una orden? —dijo Thomas.

—¿Hay alguna diferencia? —dijo Dylan, con voz muy seca. —Un asesinato es un asesinato, sin importar qué manos lo perpetúen. Pero para responder a tu pregunta: ambos.

(in)correcto ᵈʸˡᵐᵃˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora