Thomas se sentó junto a la piscina, mirando la casa brillantemente iluminada. Podía escuchar las risas y la música, incluso desde aquí. Era el vigésimo tercer cumpleaños de Jack y, ya que Jack estaba prácticamente viviendo con los Hardaway últimamente, su cumpleaños este año se celebraba en la casa de Zach.
Envolviendo sus brazos alrededor de sus rodillas, Thomas sonrió débilmente. Estaba feliz por su amigo, feliz de que todo por fin iba bien en su vida. La felicidad de Jack había sido peleada duramente y ganada. Era agradable ver que un amor tan fuerte realmente existía y que los "felices para siempre" no eran algo de los cuentos de hadas.
Mordiéndose el labio, Thomas levantó la mirada hacia la luna.
Probablemente debería volver a entrar. Pero cielos, ya estaba enfermo de estar en el extremo receptor de las miradas compasivas y preocupadas, como si padeciera una enfermedad terminal. Estaba harto de decirles a todos que estaba bien. Nadie le creía, de todos modos.
No es como si Thomas no pudiera entender que les pasaba a todos. Hasta donde todos ellos sabían, él estuvo viviendo en el infierno por los últimos meses: primero su secuestro, luego el asesinato de su padre apenas un mes después de su escape. Era mucho. Realmente lo era. Pero lo estaba enfrentando. Estaba bien.
¿Por qué sus amigos no podrían entender que su compasión y preocupación excesiva le pesaban, recordándole cosas que prefería olvidar?
Cómo el hecho de que probablemente fuera su culpa que su padre estuviera muerto.
No pienses en ello, no pienses en ello, no pienses en ello.
Un movimiento en la terraza le llamó la atención. Thomas sonrió ligeramente al notar las dos altas figuras allí, cada una en los brazos del otro. Ryan y Jack se besaban bajo la luna llena, las manos de uno en el pelo del otro, las bocas voraces y tiernas a la vez. Se besaron como si se pertenecieran mutuamente.
Debe ser agradable amar y sentirse amado.
Al notar que se los estaba comiendo con la mirada, Thomas desvió la vista, hacia la lisa y oscura superficie de la piscina. Otra explosión de risas llegó desde el interior de la casa. Thomas se tragó un nudo súbito en su garganta. No por primera vez desde que regresó a Inglaterra, se sentía como un extraño entre sus amigos.
No sentía que perteneciera aquí.
Pero por otra parte, ya no estaba seguro de dónde pertenecía. Si fuera honesto consigo mismo, podría ser uno de los motivos por los que se había aferrado a Will tan rápido. Will no lo conocía de antes. No sabía que Thomas era habitualmente mucho más alegre y fácil de tratar que ahora. Si Thomas estaba tranquilo y no tenía ganas de hablar, Will no pensaba nada al respecto.
Will lo había apoyado a través del ajetreo casi surrealista, que prosiguió a la muerte de su padre, una presencia silenciosa y reconfortante a su lado, sin hacer preguntas ni juicios. Will era increíble. Thomas deseaba que estuviera aquí esta noche.
Quizás entonces la gente dejaría de dedicarle esas miradas. Sin mencionar que Thomas... ¿podría extrañar a Will? Quizás. No estaban oficialmente juntos aún —Will no lo estaba apresurando, en consideración a la muerte de su padre— pero Thomas definitivamente extrañaba la coquetería sin complicaciones, y la sensación de seguridad que la presencia de Will le daba.
Thomas se preguntaba si así sería como la gente empezaba a enamorarse. Esperaba que lo fuera. Will era un hombre en el que podría confiar para que no le rompiera el corazón. Era agradable, confiado, y refrescantemente directo y honesto. Antes de irse en un viaje de negocios a Japón, lo había mirado a los ojos y le dijo que esperaba una respuesta positiva de Thomas cuando volviera. Era algo arrogante pero encantadoramente honesto de su parte. Will no jugaba juegos mentales. Thomas adoraba eso de él.
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(in)correcto ᵈʸˡᵐᵃˢ
Romansadonde dylan es una persona horrible, pero thomas igual se enamora. adaptación dylmas. libro seis.