𝙍𝙀𝙏𝙐𝙍𝙉

SIETE

Disclaimer: la obra es completamente de mi autoría, tomando elementos de Avengers endgame y la serie falcon y el soldado del invierno. Prohibida su copia u adaptaciones.

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Sam arribó a su casa antes de lo esperado a pesar de que tenían una recepción programada para los asistentes, el cenador había agradecido su labor para con el país, pero del otro lado de la moneda; él había traicionado la confianza de sus amigos. Se sentía como un bastardo mal agradecido y no hallaba ese orgullo que el resto decía sentir en aquella ceremonia que lució más como un acto vacío de reconocimiento a quien fue el capitán Rogers. La mayoría solo asistió por hipocresía y él debería sumarse a sí mismo a la lista luego de lo que le hizo a Steve y a sus amigos. A Natasha; confió en él ciegamente.

Restregó su rostro con fuerza solo de pensarlo.

— ¡Idiota, idiota! ¡Eres un idiota, Samuel Wilson!—exhaló con fuerza y parecía que el peso sobre sus hombros era real y era aplastante, lo hizo derrumbarse hacia adelante y tener que apoyar las manos sobre la encimera—. Mamá y papá estarían muy decepcionados.

Se lamentó en silencio luego de regañarse, simplemente pensó que era algo que quizá ellos no entendían. ¡Estaba tomando el lugar de alguien más! ¡Un lugar que no le correspondía! El escudo de Steve era más que un símbolo, era la esencia de un líder. Lo hicieron para él. Sabía que Natasha probablemente hubiese visto las noticias y estuviese furiosa, en el peor de los casos, decepcionada. Algo con lo que tampoco sabría cómo lidiar. Lastimosamente no podía hacer demasiado; ella estaba cuidando de Steve y Bruce buscaba la cura más próxima para su despertar, Bucky había emprendido un viaje corto y no podía deducir si regresaría antes de su cita semanal con la psicóloga... Todos tenían algo que hacer, que enmendar, a alguien a quien cuidar; excepto él. Ni siquiera podía velar por el bienestar de su propia hermana, Sarah decía que podía cuidarse sola aún si las ventas en el negocio familiar no decían lo mismo y eso era en verdad preocupante; estaba sola, cuidando de dos pequeños, haciendo lo que podía. Él, como ella le había dicho, había estado lejos todo ese tiempo ¿Qué podría saber? Nunca se interesó por llamar más seguido, de hecho dejó de hacerlo luego de un par de meses. La verdad era inminente; él buscaba ocuparse del resto del mundo, ¿Pero quién se ocupaba de los suyos? Buscó hacer del mundo un lugar seguro para su familia cuando debió empezar por su propio hogar.

Tal vez ya era hora de comenzar por ahí y enmendar ese error volviendo a casa, hacer en ese momento su maleta e irse por unos días de Washington. Recientemente tuvo un par de misiones con la fuerza aérea dónde conoció a Joaquín torres; un soldado que ahora iba detrás de un grupo criminal que se hacían llamar los Flags-Smashers. Ahora tendría que dejar todo eso de lado al menos un tiempo, hasta que sus pensamientos estuvieran en orden. Ya casi podía sentir la brisa fresca del muelle en Luisiana.

Excepto que aún seguía en Washington y eso no iba a suceder tan pronto; el minúsculo momento de claridad y reflexión se quedó atrás cuando los golpes desesperados en su puerta solo lo hicieron prepararse para lo peor. No creyó que fuera tan pronto, pero lo suponía. Se imaginaba quien era y no podía solo ignorarlo, era su propia consciencia quien le gritaba que abriera por la paz.

Fue otra decisión difícil cuando caminó hacia la entrada y posó su mano, dudosa, sobre el pomo de la puerta.

Por supuesto que Natasha lo esperaría, que iría a buscarlo. Estaba ahí justo ahora, con la mirada rota y la respiración agitada; lucía cansada, sin embargo mantenía ese espíritu y fe inquebrantables con mucha firmeza.

Solo la observó durante un momento, admirando su valentía; misma que él no poseía, hasta que no fue capaz de seguir sosteniendo el contacto ya que su mirada verde y aguda parecía perforarle el alma. No le quedó más que decir lo que realmente sentía, aún si no servía de nada.