𝙍𝙀𝙏𝙐𝙍𝙉

CATORCE

Disclaimer: la obra es completamente de mi autoría, tomando elementos de Avengers endgame y la serie falcon y el soldado del invierno. Prohibida su copia u adaptaciones.

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— ¿Crees que esté aquí?

Los ojos de Natasha repasaron el edificio con asombro; aunque tenía las paredes de un verde pálido y partes descoloridas y desgarradas seguía siendo enorme y en perfectas condiciones como para realizar un funeral...

— Es lo que supongo, según lo que hemos preguntado. Será mejor que entre solo.—Sam se adelantó con un paso, a lo que Natasha lo detuvo tomándolo del antebrazo con firmeza. 

Por un momento tuvo un recuerdo borroso, donde ella misma estuvo alguna vez por arriesgarse y entonces Steve la detuvo; pero a diferencia de la mirada azul severa de él, ella miró a Sam con ojos preocupados y astutos. 

—No. Yo te acompaño— no se lo estaba preguntando—. Iré contigo. 

Sam frunció el ceño en dirección a ella y suspiró con pesar. Natasha era tenaz y no era de las que cedían. Con disimulo observó alrededor. Halló a Bucky y su expresión fue una súplica; pero él asintió con seguridad. Además, ir acompañado de Natasha era entrar con un arma mortal.  

— Wanda y yo podemos vigilar por si hay problemas.—Bucky alzó la voz para disipar el susurro en su cabeza. Sam asintió. 

— Perfecto, vamos.

Él y Natasha se adentraron sigilosos por el pasadizo, había eco y humedad sin embargo y sus botas creaban un chasquido que se oía por todo el lugar. 

Natasha percibió un movimiento extraño que no les pertenecía a ninguno de ellos y giró su cabeza despacio en dirección a ello. Su mano se posó en su cadera despacio, tanteando de cuanto en cuanto por si debía desenfundarla. Sam mantenía su visión periférica sobre el área justo delante de ella mientras que Natasha procuraba cuidarle las espaldas. Para ella no era extraño percibir su preocupación y no su nerviosismo. 

Las manos de Sam temblaron y se abrieron y cerraron para liberar la tensión que lo estaba matando lento mientras sus pensamientos entre la misión y el bienestar de Sharon se entremezclaban. Sabía que ella estaría bien y podía cuidarse sola; más la situación en que la vio seguía siendo delicada y él le había hecho una promesa. Sharon era tan inteligente como desconfiada y posiblemente no dejaría de verlo como un enemigo posible si su temor estaba en ser capturada por el gobierno. 

— Sam... Tienes que ver esto.—Natasha lo distrajo. Su voz baja escondía parte de su asombro. 

Natasha estaba cerca del balcón confundiendo su figura delgada tras una de las columnas que bloqueaban las ventanas. Sus ojos se posaron agudos sobre el ataúd en el medio donde reposaban los pocos rayos de luz que entraban por un hoyo en el medio del techo. Ahí reposaba  Donya Madani. Algo dentro del interior de Natasha la hizo ahogar un jadeo lastimero y tragó con fuerza. Era esa mirada que traía la pobre muchacha que estaba junto a la difunta, era la misma que tuvo la primera vez que vio a Steve en la camilla.  Era desolación, era desconsuelo, tristeza y todo lo que podía guardar alguien quien siente que ha perdido algo valioso. Parecía aguardar  un milagro para que despertara y la abrazara con fuerza...Pero eso ya no sería posible. 

— Es ella.— afirmó Sam. 

—No te muevas—susurró—, se paciente. Está pasando por un momento delicado ahora, si atacamos o si llamamos su atención, puede que se salga de control, Sam.

Quizá habían subestimado a la joven; Karli desde el primer piso había agudizado el oído y se aseguró de que no habrían infiltrados en el funeral. Nada más alzar la cabeza halló la figura de Sam Wilson merodeando el lugar.