DOCE

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Disclaimer: la obra es completamente de mi autoría, tomando elementos de Avengers endgame y la serie falcon y el soldado del invierno. Prohibida su copia u adaptaciones.

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La presión de la fama y la expectativa estaban destrozando los nervios de John Walker, aparentar ser perfecto como la sociedad esperaba era una misión que no estaba seguro de poder cumplir. Ahora era el maldito capitán América, debía encargarse de mantener el orden, debería de ser el héroe que evitaría que el mundo se plagara de supersoldados; pero ellos aparecían como ratas en todas partes, y solo había uno como él. Al menos en su cabeza.

Excepto que Sam Wilson arruinaba sus planes; el héroe era él, todos lo sabían; más no todos lo aceptaban. Esa era su única ventaja. Fue lo bastante inseguro de sus capacidades como para no querer llenar las botas de Steve Rogers y entregar el escudo. Lo admitía, no era tarea fácil

De algún modo sentía una pizca de envidia, ellos habían recibido la gloria sin mérito alguno antes de ser los rostros de América; él tuvo que batallar en el ejército, probar que era digno del escudo, el rostro que mantendría la fe en que Estados Unidos era un lugar seguro. Con los ataques terroristas de esos criminales, él y Lemar habían llegado a parar a Berlín. Se maldijo porque ni siquiera sabía hablar Alemán y además odiaba ir callejón tras callejón, sin hallar una salida.

Arrojó el casco junto al escudo a un lado de la camioneta y su compañero le sonrió con diversión. Al menos lo tenía a él. Lemar nunca lo juzgaría.

— Es bueno verte feliz, amigo.

— No es tiempo para bromas. — le brindó un a media sonrisa, desgranada, demostrando que ni siquiera tenía las fuerzas para soltar un comentario sarcástico.

— Ya, John, tómalo con calma. Sé que no es lo que esperabas, pero la gente ahí afuera está contigo. Tu esposa y yo estamos de tu lado.

— No todos. Ni siquiera esos malditos terroristas tienen un poco de respeto. Ni siquiera el resto de la gente común y corriente, que son... Iguales a mí.— escupió con indignación.

— El estar alterado no te hace el mejor en el campo, eres una buena persona y eso es lo que importa. Recuérdalo siempre. Tú eres mi mejor amigo, así fue como yo te conocí; como un buen hombre.

— No, Lemar. Sabes que no. Ellos tuvieron entrenamiento, tuvieron gloria. El capitán Rogers, aún en coma, sigue siendo un símbolo de honor.

— Oye— colocó una mano en su hombro para calmarlo—. Ese tipo ya tuvo su momento, ¿Correcto? Ahora es tu turno. El Cap y BattleStar, siempre juntos, hermano. Yo estaré para apoyarte en cada paso. Juntos hasta el final.

Eso era algo que le subía el ánimo, aún si su corazón parecía encogerse por todo lo que estaba aconteciendo en tan poco tiempo, John apreciaba las palabras de Lemar. Sin él, probablemente habría perdido la batalla hace mucho. Le debía la vida.

— Lo sé.

— Ya, hombre, dejemos el sentimentalismo. Debemos concentrarnos en atrapar a la líder del grupo.

—Pero no hay paradero de Morguenthau. Si Sam Wilson no hubiese interrumpido la operación aquel día, lo habríamos tenido controlado.

Aún recordaba haberle apuntado con su arma durante un par de segundos cuando la tuvo a su alcance. Se hubiera deshecho del problema en un santiamén. Pero la gente sabía que el Capitán América no podía herir por su puro gusto. No estaba en su sistema, no era ético. Odiaba sentirse entre la espada y la pared, tratando de no salir del esquema. Vaya sistema de mierda, él era John Walker, no el jodido Steve Rogers.

𝙍𝙀𝙏𝙐𝙍𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora