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—¿En serio no te molesta? —Shuhua estaba encerrada en el baño, dejó que el agua de la bañera corriera para que así Soojin no pudiera escucharle desde el otro lado de la pared. Desde su casa, Miyeon negaba con la cabeza aunque visiblemente desilusionada porque todos sus planes de la velada con Shuhua tendrían que ser cancelados. —No te preocupes, Shu. —Le calmó la mayor, quien caminaba por el mini supermercado viendo los arreglos que había preparado junto a Yuqi y Soyeon el día anterior.

—Es que Soojin peleó con su novio y no puedo dejarla sola. —Por el tono de voz que usaba la menor, Miyeon no podía descifrar quién estaba más desilusionada. Ella o Shuhua.

Shuhua jugó con la punta de su camiseta, se sentó sobre el baño y vio como corría el agua por la ducha. —No tienes que darme explicaciones, tranquila. —Le aseguró Miyeon, pero Shuhua seguía sintiendo como que tenía que darlas.

—Tenía muchas ganas de estar contigo hoy. —Hubo un silencio después de su confesión, ninguna sabía qué decir porque claramente fueron palabras inesperadas. Shuhua se daba cuenta de que últimamente decía cosas sobre Miyeon que podrían ser consideradas muy profundas, ella no les encontraba explicación ya que simplemente salían. —Podría ir después del baile. —Se le ocurrió a Shuhua, no queriendo pasar el día sin ver a la mayor.

—Seguro el baile termina tarde, Shu. No te preocupes, tendremos más días para estar juntas ¿no? —Shuhua asintió, poniéndose de pie para verse al espejo. El hecho de pensar en tener que ponerse maquillaje y vestirse de forma formal le hacían sentir el cuerpo un poco pesado.

—Está bien, gracias por entender tu sabes como son las cosas. —"Si Soojin te pide cualquier cosa, aunque te haga daño ahí estarás para hacerla" fue lo que quiso responder Miyeon, pero en vez de eso suspiró. —¿Qué? —Preguntó Shuhua por aquel ruido que fue lo suficientemente fuerte como para que ella lo escuche.

—Nada—.

—Dime.—Ante la insistencia, Miyeon se sentó sobre el mesón, recordando cómo era el lugar favorito para Shuhua. —Debes cuidarte, Shu. Las relaciones son así, un día terminas y al otro vuelves. —Explicó Miyeon, tanto por experiencia propia como por experiencias de cercanos. —Y créeme que no quieres estar en medio de todo eso. Te puedes hacer daño y no quiero que te hagas daño. —Shuhua esperó a que las palabras le entraran al cuerpo, se vio al espejo una vez más y noto el aspecto triste que traía hace ya varios días, no podía seguir así.

—Lo voy a intentar, gracias. —Fue lo que dijo Shuhua y Miyeon sabía que era una respuesta genérica sin mucho pensamiento de fondo. Al menos estaba segura que estaba dispuesta a estar ahí para la menor cuando las cosas se pusieran feas.

Después de cortar la llamada, Shuhua se metió a la ducha finalmente dejando que el agua caliente le relaje algo el cuerpo. Sabía que apenas el frío de la casa la tocara probablemente sus músculos se volverían a tensar, pero por el momento era lo único que tenía y se sentía bien.

Arropada con una toalla, salió del baño junto con el vapor que había llenado la habitación. —Te demoraste una eternidad. —Se quejó Soojin mientras ordenaba ropa sobre la cama de Shuhua, llevaba ropa diferente a la que traía antes y Shuhua reconoció que eran prendas suyas. —Te saqué ropa. —Casi como leyendo sus pensamientos la mayor le explicó. —Y luego tuve tiempo de ir a mi casa a buscar unos vestidos, debiste ir de compras conmigo cuando te lo sugerí. —Soojin estaba sumamente concentrada en buscar accesorios que pudieran ir con cada uno de los vestidos mientras Shuhua se secaba y se cambiaba a ropas limpias.

Las dos se conocían hace tantos años que estaban acostumbradas a vestirse y desvestirse frente a la otra sin problemas, además más de alguna vez compartieron ducha cuando se encontraban apuradas. —No tienes ningún accesorio, tampoco tienes maquillajes. —Se molestó la mayor, revisando los muebles de su mejor amiga sin encontrar nada de su gusto.

Viéndote con sus ojos (Miyeon&Shuhua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora