13

780 84 98
                                    

Decir que Miyeon se estaba volviendo loca por Shuhua era poco, todo recuerdo tortuoso que había dejado su relación anterior había desaparecido. Toda su atención estaba puesta en la joven que había conocido hace lo que para muchos podría ser poco tiempo.

Había cosas en específico sobre Shuhua que Miyeon consideraba irresistibles. Cada vez que estaban en el club de teatro y tenían tiempo de descansar Shuhua llegaría a su lado con una botella de agua "Para tu voz" diría, observando hasta que Miyeon tomase el último sorbo de agua. Cada tarde en que la Taiwanesa terminaba sus clases primero se iba a la biblioteca a estudiar o leer hasta que Miyeon pase por ella. Eran los pequeños gestos que hacían que Miyeon cayera cada día más profundamente por Shuhua.

Shuhua era una chica sensible y eso Miyeon lo había aprendido por las múltiples veces en que la menor le hacía saber sus complejos, problemas y miedos. Shuhua era un libro abierto y para Miyeon era su lectura favorita.

Recordó la noche en que Shuhua llegó devastada al trabajo, los ojos hinchados y rojos por todo el llanto. Miyeon por instinto la guardó en sus brazos y acarició su espalda hasta que el llanto cesó. Lo primero que se le pasó por la mente fue que Soojin había hecho algo que la había lastimado nuevamente y eso mismo le hizo sentir mal, odiaba la existencia de Soojin y lo que eso significaba para Shuhua.

—¿Por qué no me dijiste que terminaba así? —Los sollozos habían terminado pero la tristeza y molestia en su voz todavía estaban presentes.

—¿De qué hablas?—.

—Romeo y Julieta. —Miyeon sonrió, de todas las catástrofes que había imaginado ninguna se había relacionado en lo más mínimo a la novela que sabía que Shuhua leía hace ya un tiempo. —¿Por qué no me dijiste que el final era así? Tan injusto y triste. —Se había despegado ya de su cuerpo y había tomado la iniciativa de sacar unos pañuelos para limpiar su nariz y luego secar un poco su rostro.

—¿Viniste aquí casi a las diez de la noche solo porque no te gustó el final del libro? —Rió, no era poco común ver a Shuhua en el negocio pero sin duda era inesperada la razón por la cual decidió aparecer.

—No dije que no me gustó. —Susurró entre dientes, claramente molesta por el final del libro. —Pero realmente es injusto, no entiendo. Las familias podrían haber solucionado sus problemas desde un principio y absolutamente nada hubiera pasado, sobre todo el absurdo final. —Lo último hizo reír a la mayor, quien hasta cierto punto estaba de acuerdo con la conclusión.

—Pero si eso hubiera pasado entonces no habría historia que contar. —Defendió la mayor, sabiendo que su argumento era válido para probablemente todas las historias de amor o en general. —Además igual se asemeja a la realidad—.

—¿En qué sentido? —Shuhua parecía interesada, tomó la botella de agua que anteriormente había dejado Miyeon sobre la mesa y con una aprobación de su parte Shuhua comenzó a beber de ella. —Siempre hacemos eso, dejamos de comunicarnos y nuestras cabezas comienzan a dar miles de vueltas sobre las posibilidades. Creemos lo que queremos creer y los problemas pequeños crecen como una bola de nieve y muchas veces terminan en tragedia como en Romeo y Julieta. —Shuhua se quedó un tiempo en silencio, dándose espacio para repetir las palabras ajenas en su cabeza e intentar darle un sentido.

No había mucho que discutir en su intervención, la mayor tenía razón y pese a que la historia que había leído tenía más drama y exageración debido a su género, tampoco era muy lejana a la realidad que se vivía.

—¿Crees que debería hablar con Soojin? —Miyeon abrió la boca para luego cerrarla de inmediato. No entendió por completo el motivo por el cual toda su explicación terminó en Seo Soojin. —¿Crees que si la sigo ignorando pase como en la novela? —Shuhua volvió a tomar agua, esperando una respuesta.

Viéndote con sus ojos (Miyeon&Shuhua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora