2

773 82 41
                                    

A la mañana siguiente, Soojin despertó con una extraña sensación. Por lo general sus padres la despertaban cada día pero ese día en particular nadie lo había hecho. Desayunó en silencio hasta que finalmente su madre apareció en la cocina. —Veo que te has preparado el desayuno ya. —Soojin asintió, terminando sus tostadas y llevando el plato al fregadero para así limpiarlo rápidamente.

—Tu padre y yo estábamos un poco cansados, ni escuchamos la alarma pero tu ya sabes hacer todo por cuenta ¿no? —Soojin siempre había sido una joven muy independiente y sus padres cada vez le daban más libertad para hacer lo que quisiera. —No te preocupes, ya me voy a la escuela—.

—¿Y Shuhua? —Preguntó la madre antes de que su hija desapareciera. Soojin quedó parada en el marco de la puerta con su mano en la manija "¿Y Shuhua?" pensó, dándose cuenta de que por primera vez en mucho tiempo no sabía realmente cómo estaba su mejor amiga.

—Uhm, no sé. Ahora voy por ella. —Aseguró Soojin, intentando que no sonara tan mal después de todo.

—Hija, no dejes a Shuhua de lado. Yo sé que Hui es tu primer novio y que quieres pasar todo el tiempo posible con él. —Su madre se acercó, acariciando el brazo de su hija para así no hacerle sentir mal al respecto. —Shuhua todavía es una niña y aunque sea una persona muy alegre también está muy sola en el mundo. —Para la señora Seo, Shuhua es como una segunda hija. El matrimonio se había vuelto muy cercano al señor Yeh y la mamá de Soojin era la figura materna que Shuhua nunca tuvo.

—Tranquila, mamá. Apenas ayer nos vimos después de sus vacaciones y pronto nos tenemos que poner al día. —Soojin continuaba sonriendo, para ella las cosas eran más sencillas de lo que su madre lo hacía sonar.

—¿Qué tal si la invitas a cenar hoy? Podría hacer su comida favorita y así ustedes se ponen al día. —Mamá Seo aplaudió emocionada con la idea, no lo decía pero claramente también extrañaba a la chica ruidosa en la casa.

—Otro día, quedé de cenar en la casa de Hui. —Se excusó Soojin obteniendo una cara molesta de parte de su madre como queriendo decir "La estás dejando de lado". —¿Mañana? Es que ya tenía los planes desde antes. —El puchero de su única hija era irresistible y la señora Seo no pudo hacer más que sonreír y dejar ir a su hija.

Soojin dio apenas un par de pasos fuera de su casa cuando ya estaba al lado de la Taiwanesa quien se encontraba en el suelo atando sus zapatillas. —Hola, chica rebelde. —Saludó Soojin, haciendo que Shuhua levante la mirada sonriendo por el apodo. La mayor estiró su mano para ayudar a su amiga a ponerse de pie y juntas comenzaron a caminar en dirección a la escuela.

—¿Cómo logras terminar en detención el primer día de clases, uh? —Soojin desordenó el cabello de la más baja y luego la peinó, algo típico de ellas.

—Fue culpa de Lucy. —Se quejó Shuhua, sonriendo al recordar a su nueva amiga. —Es la persona más conversadora que puede existir, incluso más que yo y a nuestro profesor no le gustó. —Se encogió de hombros ante la sonrisa divertida de su mejor amiga que ahora pasaba su diestra hasta llevarla al hombro de su amiga haciendo que caminaran casi abrazadas.

—Debes tener más cuidado, Shushu. Ya no eres una niña pequeña y vivir en detención no ayudará para cuando intentes aplicar a alguna universidad. —Las conversaciones entre ellas solían ser así, Soojin escuchaba sin juzgar pero luego intentaba agregar algún consejo para no dejar a la menor sin tener alguna lección que le ayude de cara al futuro.

—Lo sé, lo sé. —Shuhua sabía que ya no debía ir a jugar a la escuela y quería esforzarse para demostrarle a Soojin aquello. —¿Y cómo estuvo tu primer último día de clases? —Preguntó la menor, ese año Soojin iba a graduarse y seguramente quería hacer de cada día en la escuela uno significativo.

Viéndote con sus ojos (Miyeon&Shuhua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora