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La llegada del invierno parecía cada vez más lejana. Cuando los cuerpos de Miyeon y Shuhua se acercaban todo se sentía tan cálido que la baja temperatura en el exterior no era más que eso, algo que ocurría en el exterior y no las afectaba para nada.

Era extraño, era especial y ninguna de las dos lo decía pero les encantaba. Luego de ese extraño pero después de todo buen día el estar al lado de su novia, acurrucadas en su cama era el cierre perfecto. El papá de Miyeon había cocinado para ellas y después ambas se habían arreglado para ir a la cama, y ahí se encontraban. En los brazos de la otra y disfrutando del silencio que de vez en cuando se interrumpía cuando alguna de las dos quisiera conversar de algo.

—¿Has practicado las líneas de la obra? —preguntó Shuhua, sin olvidar sonreír al recordar el logro que había obtenido su novia.

—Un poco, mañana tengo ensayo con Jaehyun. —La menor, quien se encontraba levemente apoyada sobre el cuerpo de la más alta, rodó los ojos por la mención del nombre del co-protagonista de la obra.

—¡Shu! —Se quejó, notando los celos que afloraban. Shuhua no estaba realmente celosa, sabía que Jaehyun era el menor de sus problemas pero no podía evitar odiar la idea de otra persona probando los labios de su chica, no le gustaba. —Si sirve de algo, las escenas que debemos practicar mañana no incluyen besos. —Casi como leyendo los pensamientos ajenos, Miyeon encontró la forma de alivianar ese monstruo que daba vueltas en la cabeza de su novia.

Pese a eso Shuhua no pudo evitar estirarse lo suficiente como para poder reclamar los labios de Miyeon. Era algo tan natural que era imposible creer que en algún momento el mismo acto había hecho que Shuhua corriera a su casa por temor a el contacto físico con la que ahora era su novia.

La luz de la habitación estaba encendida, pero era baja y creaba el ambiente perfecto para ellas. El lugar era diferente al de Shuhua, habían muchos libros ordenados de forma perfecta y nada parecía fuera de lugar. —¿Hablaste con Tzuyu? —Miyeon se aseguró de que antes de iniciar el tema sus dedos hicieran suaves caricias al brazo de Shuhua, centrándose en su antebrazo el cual parecía ser un punto que relajaba a la Taiwanesa.

—Quedé de llamarla. —Confesó Shuhua. —Pero todavía no me atrevo. —A eso le debía sumar que su día había sido extremadamente caótico y ocupado, después de su tarde de tutoría había salido con Jaekyung y una vez se encontró con su novia el resto pareció olvidarse. Cuando Miyeon aparecía las prioridades cambiaban, ella siempre era la primera para todo. —¿Debería hacerlo? —Luego de preguntar eso reconoció que otra de las razones para no hablar con Tzuyu todavía era porque necesitaba aprobación de parte de Miyeon.

Ella era independiente en casi todos los aspectos de su vida, excepto cuando se trataba de las decisiones importantes. Antes siempre recurría a Soojin, incluso a Yuqi cuando continuaba insegura pero ahora solo necesitaba de Miyeon, podía no siempre tener la respuesta correcta pero si era capaz de darle ese último empujón que Shuhua sabía que necesitaba en ese momento.

—Claro que deberías. —La respuesta no demoró en llegar. —Pero no lo hagas si no estás segura, puedes esperar y además no tienes que hacer algo de inmediato. —Eso llamó su atención, le miró como queriendo saber más. —Lo que sea que te diga Tzuyu, esa información no se irá a ningún lado. Puede que no quieras hacer nada luego de conocer sobre tu mamá. No tienes que correr a contactarla, debes hacer las cosas a tu propio tiempo, amor. —Pese a que era un tema serio, la forma por la que la llamó le hizo sonreír. Su corazón dio un par de vueltas dentro de su pecho y tuvo que esperar a que volviera a su lugar para volver a concentrarse en la conversación.

Miyeon podría decir que Shuhua no le prestaba atención y ante eso podría quejarse o incluso molestarse, pero cuando los labios de Shuhua volvieron a pegarse con los suyos la única respuesta que tuvo fue la que le dio su cuerpo; correspondiéndole.

Viéndote con sus ojos (Miyeon&Shuhua)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora