Eran las ocho de la mañana, lo cual significaba que pronto tendría que enfrentarme a la versión de mi hermano con resaca, sin embargo, eso no parecía lo peor en ese momento sino el continuo pensamiento de qué era lo que había visto la pasada noche.
Seguia pensando en lo de anoche, a ver mucha gente le gusta sentirse seguros y que mejor que una cámara que chequea tu iris para ver si eres de la casa ¿o no?. Pero la cosa es que no sabia si eso existía acaso.
Me levanté de mi cama tenia que comprobar si esa cosa estaba por alguna parte escondida para hacer fotos o algo asi. Cuando me había equivocado de casa no vi nada extraño en la entrada, lo único el timbre, parecía mas viejo que cualquier otro y que yo supiera esta urbanización era bastante nueva. Me puse mi bata para no ir en pijama allí, esperaba que nadie me viera. Baje las escaleras y cogi las llaves. Salí y fui a la casa, no había nadie gracias a dios asi que empecé a buscar. Lo primero que hice fue mirar en la fachada porque es por donde había salido aquellla "cámara". NO había anda todo era blanco y perfecto. Busque alguna cosa extraña por el pequeño camino que había en el jardín de entrada pero nada, nada fuera de lugar o especial. Habria sido parte de mi imaginación? Seguramente, no quería montarme paranoias desde el primer momento en el que empiezo en esta ciudad. Cuando me estaba yendo del jardín oí como la puerta se cerraba, OH NO. Me había preparado alguna excusa? No, asi de idiota era, que hacia si me preguntaban que hacia husmeando ahí? Oh mira es que ayer vi un tipo de cámara rara que le apuntaba al ojo de alguien y lo dejo pasar y como yo soy una loca pues he venido aquí a las ocho de la mañana a comprobar si estaba. Casual. Una voz irrumpió mis pensamientos.
—¿Qué es lo que haces aquí, Hudson?— era su voz, la del idiota de mi vecino.
Me quedé helada en esa posición, sin mover ni una articulación.
Él avanzó por el camino del jardín hasta mi altura. Me volví sobre mis piesmientras en mi mente surgían todo tipo de excusas ante el estar en su jardín a esas horas de la mañana.
—¿Yo? Ah, nada, nada, creo que soy sonámbula, me he despertado aquí tirada sin razón—respondí encogí los hombros.
—¿Duermes con una bata? ¿Y con zapatillas?—preguntó bajando la vista a mi cuerpo.
—Am no, pero como te he dicho soy sonámbula, seguramente me las puse de camino aquí— dije convencida, él no asintió, se mantuvo recto y firme. Como si siguiese esperando a otra respuesta más valida que la que le acababa de dar.
—Adiós—añadí incómoda por el silencio. Me fui de allí lo más deprisa que pude, aún notaba sus ojos fijados en mi nuca, de pie ahí, de brazos cruzados con el semblante serio.
Me metí en mi casa y suspiré.
Por poco.
Me fui a la cocina a prepararme un café, no era muy fan de él, pero me mantenía despierta. Siempre lo bebía en las noches del internado cuando me pasaba la noche en vela por leer o esperarle.
Puse el café al microondas y esperé hasta el sonido que indicaba que había terminado. Apoye mis codos sobre la encimera aún dandole vueltas al asunto.
Seguramente me lo había imaginado. Sí, sería lo más seguro.
C.K
A la tarde me aburría mucho, tenia que hacer la compra, pero me daba mucha pereza como para ir a un supermercado y menos si tenía que estar entre gente.
Alguien que tocó mi puerta hizo que mis pensamientos desaparecieran por unos segundos.
—¡Pasa!— grité. Aiden entró con ojeras, el pelo revuelto y su estúpido pijama de toy story—
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Caos en el infierno
ActionEs una verdad reconocida que yo soy el error de la familia y sobre todo aprobada cuando me internaron en un internado. Nunca he tenido nada claro en mi vida hasta que he vuelto a mi "dulce" hogar en el que se encuentra mi hermano, ahí he conocido a...