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"No he llegado al cielo , pero con tus ojos me hacen sentir que ya lo he hecho"

Espero que os guste, porque en verdad llevo como un mes y pico en espera para escribirlo y entre que se me borró casi mitad, problemas y desmotivación...pues no sé que habrá salido. (Sé que lo digo en todos los capítulos perdón 😭).

Como dije solo estoy subiendo este para quitármelo de encima, pero los siguientes serán publicados más adelantes si es que veo que es así como lo quiero, no hay nada seguro.

Así que supongo que, disfrutad :)

Él parecía más confundido esta vez, pero no tuve tiempo para darle explicaciones, solo se las daría de vuelta a casa

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Él parecía más confundido esta vez, pero no tuve tiempo para darle explicaciones, solo se las daría de vuelta a casa. A mi casa y la suya.

Terminé de cortar las cuerdas que envolvían su cuerpo musculoso con la navaja la cual chorreaba sangre. Sangre del hombre que ahora se encontraba en el suelo sin poder gritar e inmovilizado.

—¿Cómo? ¿Cómo? —seguía repitiendo mientras mis manos se movían ágilmente para desatarlo por fin.

Tambaleándose este se levantó sin que me diera tiempo a tan siquiera sujetarlo o abrazarlo. Haciendo esto este se elevó sobre mi posando su mirada sobre mis labios, sin embargo, rápidamente como si no hubiera pasado nada me miró incrédulo a mis ojos.

—¡Venga! ¡Tenemos que salir de aquí! —grité haciéndole que reaccionara.

—Pero...

—Te lo explicaré de vuelta, no tenemos tiempo—posé su brazo sobre mi hombre intentando dejar que su peso se posase en mi, pero era casi imposible porque pesaba el doble que yo y yo no tenía suficientes fuerzas.

Pero, para mi sorpresa cuando tuve la intención de llevarlo hasta la puerta, él se negó y salió del trance en el que estaba para soltarse de mi sin fuerzas debido a su terrible estado.

—Espérate, Jane—me rechistó en cuanto fui a gritarle.

Quise decirle algo, pero el oír otra vez su nombre en sus labios me provocó sensaciones que me llevaban a otro universo y no pude detenerlo ni cuando agarró uno de los cuchillos escondidos en los pasillos de su agresor.

—¡Harsh! ¡Vayámonos ya no tiene sentido entretenerse en este!

Mis ojos se abrieron de temor y mi corazón se aceleró en cuanto vi como el cuchillo estalló en el pecho de este. Su mirada con ira no mostraba ningún rastro de resentimiento es más no parecía lo suficiente satisfecho, así que por mucho que estuviera medio muerto se acercó a él y cogió sus manos mientras él intentaba hablar, pero le era casi imposible.

Sin detenerse a pensarlo, por muy débil que se le viera, él le miró con desprecio y antes de hacer nada dijo con rabia:

—Nadie. La. Toca. —escupió con ese tono autoritario y finalmente terminó por cortarle la mano con la que había amenazado anteriormente en tocar mi cuerpo.

Caos en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora