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 Lights are on...but nobody is home (contenido +18)

Antes de nada: Es una actualización doble (aunque capítulos cortos individualmente) y sinceramente llevan partes +18 y tristes. No me convence el capítulo ni el final, pero ya me diréis. Además igual me he pasado un pelin en algo, pero en fin nunca es demasiado siendo en wattpad.

Y recordaros que sin globito no hay fiesta.

Por último recomiendo que la historia de Madeline y su POV lo escuchéis con "All I want" y no la que es de Olivia Rodrigo y "Lights are on" porque son básicamente su historia en canciones.

Además si no actualicé es porque...bueno mejor os dejo una imagen que explica mi estado mental:


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Su agarre permitió que me estampase contra la pared más cercana para empezar a besarme descontroladamente. Era un tipo de beso que no podría describir, solo lo podría demostrar dejando entrar a alguien a mi cerebro.

Con rapidez, como si mi vida dependiese de ello, llevé mis manos a su pelo revolviéndolo mientras sus manos agarraban mis muslos para que rodease su cintura.

Entre gemidos de ambos a causa del mínimo contacto que ya tenía mi piel completamente erizada alejó sus labios de los míos para ir directo al principio del vestido en donde se encontraba la primera tira que recubría mi torso, esta cubría un poco mi pecho, pero con el movimiento poco daba a la imaginación.

Me miró a los ojos, pude ver su rostro rojo al igual que sus labios de la agresividad de los besos anteriores. Me relamí los labios, expectante a sus próximos movimientos.

Sin oponer resistencia el vestido cayó hacia abajo tras quitar la manga larga de mi brazo. Una vez la prenda estaba en mi cadera sujetada solo por mis piernas en su torso me condujo hasta la mesa de billar para depositarme encima del canto de la mesa después de haber apartado todas las bolas de billar.

Sus manos persistieron dentro de mis muslos, sin embargo, las quitó para ir más adentro y arrebatarme mi tanga de hilo rojo. En vez de tirarlas se las guardó en el bolsillo del pantalon, espero que me las diera sino tendría que sufrir las consecuencias, era mi tanga preferida.

Tiró su chaqueta negra de traje hacia la otra punta de la sala y se acercó hacia mi como anteriormente. Mis ojos recorrieron su cuerpo el cual aclamaba atención al igual que el mío, una sonrisa pícara se formó en mi rostro al ver su necesidad.

Dirigió sus manos hacia mis caderas para bajar totalmente el vestido para quedar completamente desnuda ante él. Su mirada recorrió todo mi cuerpo como si quisiera fotografiarlo en su mente para nunca olvidarlo.

En cuanto él hizo un amago de tocarme yo retrocedí lentamente colocándome adentro de la mesa de billar la cual era bastante amplia, suficiente para dos personas incluso para tres.

Caos en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora