Cuando estaba en clase solía dedicarme a sobre pensar demasiado mi vida, a un nivel en el que creo que ya no era sano. Esta vez tocaba pensar sobre quién había cogido mi diario y lo había colocado en mi colcha el otro día.
Tenía varias opciones pero cada cual más disparatada. 1: el primo de Harsh, desde luego todo apuntaba a él, ya que era mucha coincidencia que me preguntase por mi diario y al día sucediese esto. 2: Harsh, este no había levantado sospechas por mi parte sobre mi diario, pero era mejor tenerlo en cuenta, nada en él era normal. 3: Liam, no parecía sospechoso porque no estuvo los días en los que sucedió, además de que él hubiera entrado por la puerta ya que tenía llave.
Inmediatamente descarté a Liam, era bastante confuso que él fuera el culpable, además, nada apuntaba a él. El timbre sonó liberando a los alumnos de la clase de lengua. Me parecía increíble que en ninguna clase me hubiera tocado con Dove, solo me había tocado con Harsh en prácticamente todas las clases excepto en esta, y por ello daba gracias.
Cogí mi mochila por un asa y al acto me colgué esta en mi hombro. Salí con desgana junto con el alumnado que parecían emocionados de por fin ser libres solo por unos minutos. A paso lento caminé por los pasillos encaminándome a mi próxima clase: matemáticas. Eso sí que no lo iba a soportar.
Los pasillos se vaciaron y yo me fui por la entrada trasera, la cual daba a otro campus que tenía el instituto. Era increíble lo grande que era este instituto, por lo menos tenía 3 campus a cada uno más grande.
Divisé las gradas que se encontraban a lo lejos. Sus asientos eran de plástico y su color era el que representaba a la escuela; el rojo. Me senté en uno de ellos después de una larga caminata hacia ellos.
Saqué un cuaderno al azar y me puse a garabatear, no tenía un don para dibujar, pero me sabia manejar. Estaba empezando a dibujar una mano cuando vi a lo lejos la anatomía de Harsh junto a la de otra persona, su supuesto primo.
El primo observaba al otro fumarse un cigarro mientras que éste le explicaba algo por lo que veía. Intenté oír algo, pero era imposible ya que por muy en silencio que estuviera todo aquello estaba muy lejos de ellos. Finalizaron su charla y aquel chico sin nombre se alejó de allí con su camisa de cuadros roja atada a la cintura.
Harsh terminó su cigarro y lo aplastó con su pie, entonces fue cuando se dio la vuelta y nuestras miradas se encontraron. Él negó, incrédulo, mientras se dirigía a mí. Al fin llegó a dónde yo me situaba.
Sin embargo, se sentó en la ultima fila, es decir, la fila detrás de la mía y q un asiento mas lejos del mío, como si al estar cerca mío le conllevara una enfermedad. Esta vez él no sacó un cigarro cualquiera sino uno que parecía de mariguana. Tras haberlo encendido exhaló como un manjar aquel rollo.
—¿Y bien?—pregunté más bien molesta. Sus ojos se abrieron, me miró sin ninguna emoción aparente en su semblante como siempre.
—¿Qué?— preguntó, borde, aunque más bien esa era su actitud denormal.
—¿Qué haces aquí?
—Lo mismo te podría preguntar a ti, aunque claro como eres la rebelde esta debe ser tu afición, saltarte clase. ¿mhm? —puse los ojos en blanco. Él colocó sus pies en el canto del asiento que se encontraba a mi lado.
Tras unas cuantas caladas al cigarro de su parte rompió el silencio que se había establecido entre nosotros y empezaba a ser normal.
—No sabia que sabías dibujar, al parecer estás ganando todas las papeletas para ser la típica rompe reglas, gótica, dibujante y que tiene el pelo de colores. Siempre hay una en cada serie o película. — alcé mis cejas sin comprender por qué tan siquiera me hablaba.
ESTÁS LEYENDO
Caos en el infierno
ActionEs una verdad reconocida que yo soy el error de la familia y sobre todo aprobada cuando me internaron en un internado. Nunca he tenido nada claro en mi vida hasta que he vuelto a mi "dulce" hogar en el que se encuentra mi hermano, ahí he conocido a...