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                                                            Jane relaja esas hormonas.

                                                                     (Contenido +18)

Había pasado una semana en donde había trabajado todos los días desde las cuatro y pico de la mañana hasta las ocho y media casi nueve para ir al instituto, ir a comer a mi casa rápidamente donde casualmente nunca me encontraba a Aiden, después de descansar una hora con Dove y a veces Madeline y Alisha volvía a entrenar tanto baile con un experto y defensa y ataque mayormente con Harsh.

Algunos días me quedé incluso a dormir allí después de cenar. Ya me habían entregado una habitación para mi y todo, de esas lujosas y enormes que todos allí tenían. Incluso tenía un proyector pegado al techo para poder ver películas, una cama de matrimonio enorme...hasta unas pequeñas escaleras para llegar a la cama, mi familia tenía bastante buena posición socialmente, pero aquello era otro nivel.

Claro, Jane, es que ellos viven gracias a una mafia.

En mi estancia estaba descubriendo que tenían salas para todo, había tres gimnasios, uno de ellos era más privado para gente más importante (Harsh Dove y Madeline prácticamente), también había un spa con jaccuzi, una habitación llena de vestimenta y maquillaje especializado para cambiar de identidad...

También había muchas otras que me faltaban y otras en las que no me había dejado entrar, entre ellos el despacho de Harsh donde hacían todas las reuniones importantes, otros salones para reunirse, el garaje, un sitio que sospechaba que escondían municiones y armas...

Harsh no había hecho nada con respecto al "reto", solo que algunas veces para enseñarme a tirar mejor colocaba sus dos manos en la mía sujeta al arma y pegaba su cuerpo contra el mío, quizás un poco demasiado. Al fin y al cabo, yo tampoco había hecho nada, pero aún así el reto seguía en pie así que no pensaba desperdiciarlo.

Todo parecía ir bien hasta que un mensaje lo arruino todo.

Con tan solo dos palabras seguro que lo podéis entender todo:

Mi padre.

El mensaje decía, y cito textualmente, "Mañana vamos allí para la cena con los Clark, espero que sigas acordándote no como olvidaste tu dignidad al mal usar mi apellido"

El mensaje que todos queremos oír, seguro que sí.

Ni en broma pensaba tener una comida "familiar" junto con la otra familia vecina la cual involucraba a mi única amiga hasta ahora, el jefe del caln al que me acababa de unir y mi enemigo el cual a veces las cosas se ponían raras y o nos pegábamos o nos pegábamos demasiado.

Avisé de aquello a a Dove para que se lo dijese a su padre y a Harsh, ella me dijo al final que su padre no podía venir por temas "financieros". Se lo comuniqué a mi padre a lo que me lo dejó en visto para más tarde decirme que llegarían en dos horas.

Genial, dos horas de espera a que el infierno llegase a mi.

Sin embargo, algo me distrajo de mi paseo por el salón en bucle mordiéndome la uña del dedo pulgar, el timbre.

Me dirigí mal humorada a la puerta harta de que me interrumpiesen hasta cuando me quería morir.

Al abrir me encontré con el rostro de River con una pequeña sonrisa hasta que me vió a mi.

––Oh. ––dijo cambiando drásticamente su expresión.

Eso digo yo, oh.

Debería ser incómodo ya que se me declaró hace menos de un mes, no obstante no tenía tiempo para estupideces, solo fui al grano, sin rodeos, no estaba para ellos ni aunque fuera encima de la...debería dejar de pensar ese tipo de cosas cuando no estoy horny.

Caos en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora