Tormenta (Editando)

Capítulo 23

Cuando Alex toma a Derek por los brazos y la puerta explota, se levanta una nube entera de polvo que llena la habitación entera.

Pero aun así puedo sentir como un bulto, un cuerpo en realidad, cae a mis pies y Alex grita.

Ese bulto toma forma del cuerpo de Derek y se para frente a mí, sujeta mi brazo con fuerza y me arrastra lejos de la puerta.

La nube de polvo sigue ahí pero el polvo se empieza a dispersar y tengo miedo de de descubrir lo que hay detrás de él.

Derek me arrastra y yo lo sigo hasta que me doy cuenta que en realidad el me guía hasta la ventana que se encuentra a la izquierda de la cama matrimonial.

¿Saltar y morir o esperar a que el polvo se disperse y que Katherine me asesine?

Derek me sube al alféizar de la ventana y me empuja, sin ni si quiera darme un milisegundo para reconsiderar.

Y caigo, y escucho como mis pies golpean una placa de metal y esta cruje.

Una escalera de incendios, gracias a Dios.

Suspiro de alivio.

Derek cae después de mí y me vuelve a sujetar del brazo, así ambos bajamos corriendo deseperadamente la escalera de metal oxidada que cruje con cada pisada que damos.

Giramos tres veces las curvas de la escalera hasta que damos con un callejón, que se encuentra entre el hotel y un edificio. Escucho como unas pisadas nos siguen por la escalera de incendios, pero no me atrevo a mirar.

Derek gime con miedo y rodeamos el hotel para llegar hasta la entrada principal. Podríamos haberlo hecho cuando escucho otra explosión y el sonido de caños de metal cayendo sobre si mismos y golpeando el suelo del callejón.

Y entonces me doy cuenta de que quien bajaba la escalera detrás de nosotros posiblemente era Alex, y ahora él se encuentra bajo los caños de una escalera de incendios.

Pero no hay tiempo ni siquiera para mirar, porque corro junto a Derek hasta su auto que se encuentra al frente del hotelsin mirar la calle. Derek abre la puerta del auto con fuerza, sin molestarse en meter la llave en la cerradura de la puerta y yo lo sigo subiendome en el asiento copiloto.

Derek arranca el auto, ahora sí metiendo la llave en el contacto, y empieza a conducir a cualquier lugar que nos lleve lejos de este hotel.

Subo mis pies al asiento del copiloto y abrazo mis piernas escondiendo mi cabeza entre mis rodillas.

No. Definitivamente nunca me iba a acostumbrar a esto. Después de tanto tiempo las lágrimas finalmente llegaron a mí y lloré, sin importarme que justamente Derek se encuentre al lado mio o sin importarme que, una vez más he estado al borde de la muerte

Después de unos... no sé cuantos, paré de llorar. Al parecer las lágrimas se han acabado. Derek ha permanecido todo el tiempo callado. Aun seguía con la cabeza entre mis piernas cuando sorbí por la nariz y susurré más para mí misma que para Derek:

-¿Qué... Es lo que ha pasado? -Mi voz se quiebra en las últimas palabras.

-Vamos a escapar de esto, Anne, lo prometo.- Dice Derek, con la voz ahogada, como si él hubiese estado llorando en silencio, también.

-Yo ya no tengo a nadie.-Comento, sin pensar muy bien en lo que estoy diciendo.

-Me tienes a mí. -Susurra.

Espero un momento y proceso las palabras, hasta que en verdad me doy cuenta de lo que él ha dicho.

Alzo la cabeza de golpe para mirarlo y me mareo un poco, pero eso no me impide hablar.

-¿Por qué, Derek? Tu deberías querer estar lejos de todo esto ahora mismo. ¿Por... por qué sigues aquí conmigo?

Él tiene la vista clavada en la carretera, estamos en una zona rural por cierto. Observo un brillo en sus ojos, que como siempre, no logro descifrar.

-Porque... -Dice suspirando. -No hace mucho me pasó algo parecido a lo tuyo.

Cierro los ojos y paso mi mano entre mis cabellos enmarañados para apartarlos de mi cara.

-No me digas que eres alguien como Alex, y estás liado a alguien como Katherine.

-No. Pero una vez gente como Alex se apareció en mi casa, Anne. Y se llevaron a mis padres y podrían haberme llevado a mí, si no fuera porque...

-¿Si no fuera por que, qué? -Pregunté, frunciendo el ceño.

-No. -Repitió otra vez, como si estuviese negando un pensamiento suyo, y me miró. -Quiero ayudarte a escapar de esto porque yo también tengo que escapar.

-¿Y exactamente qué vamos a hacer? -Dije, tragando un nudo en la garganta y preguntándome por qué no me quiso decir lo   que verdaderamente él estaba  pensando.

-Seguir el plan de Alex.

Volví a cerrar los ojos, no preguntándome o negando el plan de Alex, si no recordando a Alex.

-Nosotros deberíamos haber escapado con Alex. -Susurré y las lágrimas llegaron de nuevo a mí, porque sabía que era lo próximo que Derek iba a decir.

-Alex está muerto.