Cuando entramos al salón dónde se realizaba la fiesta de bienvenida, lo primero que vimos fueron las mesas redondas decoradas con manteles azules, globos azules y prácticamente todo lo que en la habitación había era azul. A la derecha de las mesas estaba la pista de baile en donde sonaba la música del Dj y las luces estreboscopicas iluminaban las sonrientes caras de las personas que se encontraban bailando.
No tardé mucho en encontrar a la chica de pelo largo y rubio llamada Kristen bailando con un chico alto y moreno, hasta que me di cuenta que ellos también se encontraban mirándo hacia nosotras o mejor dicho, miraban a Katherine que se encontraba entre mí y Alison.
De repente, sentí cómo los vellos de mi nuca se erizaban y no tardé mucho en averiguar por qué. El chico moreno me miraba directamente a los ojos y no pude evitar preguntarme si sus ojos azules brillaban de tal manera gracias a las luces estreboscópicas o si en realidad eran así.
—¿Creen que este año nos darán cerveza? —Preguntó Alison, elevando la voz tanto como pudo para hacerse escuchar.
Katherine río sarcásticamente. —Será mejor que vayamos a averiguar ¿Vienes, Anne?
—Claro. —Respondí distante, con la mente en otro lugar.
Nos dirigimos a una mesa a la izquierda de la habitación dónde se encontraban todas las bebidas. No había una barra ni un barman, así que al parecer hoy no servirían alcohol pero aun así Ali y Katherine se pusieron a buscar entre el ponche y las gaseosas algo que tomar.
Yo no me sentía muy sedienta, así que me dediqué a mirar a mi alrededor.
De repente, me doy cuenta que una chica sonriente con una cámara en su mano y acompañada por su grupito de amigas se dirigen hacia mí.
—Hola —Saluda—¿Te importaría tomarnos una foto?
Sonreí en respuesta. —No hay problema.
Tomé la foto y le devolví la cámara a la chica solo para después girarme hacia la mesa de las bebidas otra vez y encontrarme con que Katherine y Alison habían desaparecido.
Miré alrededor frenéticamente otra vez. ¿Y ahora? No estaban por ninguna parte, tal vez debería buscarlas un rato y si no aparecían tenía dos opciones, entrar a la pista de baile y mover el trasero o volverme hacia mí cabaña y descansar un poco.
La segunda opción me parecía la más fiable.
—¿Y ya estás lista para irte? ¡Qué rápido! —Exclamó una voz detrás mío y no pude evitar exaltarme del susto. Él río y se colocó frente a mí.
No pude evitar fruncir el ceño y cruzarme de brazos. Lo miré a los ojos y no, las luces no eran las que provocaban ese brillo en sus ojos color del hielo, estos verdaderamente eran así.
— Hola... ¿Anne Grace, verdad? — Me preguntó él. En su mejilla derecha se marcaba un hoyuelo, como si estuviese haciendo una mueca.
—¿Sí? —Respondí confundida. ¿Cómo sabía mi nombre?
Él chico volvió a soltar una risa.
— No me mires así— Dice. — Escuché cuando le dijiste tu nombre a Marylin. Por cierto, lindo Chevrolet rojo tiene tu padre.
Ahora fui yo quién hizo una mueca. —¿Estabas vigilandome, acaso?
—No. —Sonrió.
Intenté devolverle la mueca, sin mucho éxito, lo cuál hizo que él sonriera aun más. —¿Cómo te llamas? —Le pregunté rápidamente, tratando de zafarme.
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Tormenta (Editando)
Misterio / SuspensoAnne llega a un pueblo en el norte de Inglaterra tras tener una terrible vida en los Estados Unidos. Con dieciséis años y sin amigos su padre decide enviarla a un campamento de verano para poder adaptarse a su nueva vida. ¿Pero exactamente a qué nu...