Capítulo 32

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Las manos se aferran más a mi garganta, las uñas clavándose en mi piel. Cada vez pierdo más aire en mis pulmones hasta que empiezan a quemar.


Abro y cierro la boca tratando de conseguir más aire, doy mi último esfuerzo intentando gritar. No puedo.

Y con mi último esfuerzo perdido, todo se desvanece.

***

Pensarías que a estas alturas ya estaría muerta, pero con tantas veces que me he desmayado sé que no lo estoy.

Otra vez caigo, otra vez la imagen se deforma, otra vez ese "Algo" me lleva a un lugar en el tiempo.



***



La niña no llora, la niña no mueve sus pequeños pies y manos, la niña no gimotea...

No, no está muerta.

Está sentada en una silla, como una muñeca de trapo, mirándome fijamente.

Aun yo no he comenzado nada. Entonces, ¿Por qué lo haría?

Tal vez su "instinto" de bebé sabe lo que le he hecho a su madre. Sí, la castigué. Tantos años de servirme a mí para que luego me niegue a su hija... que desperdicio.

Hasta he llegado a pensar que la niña misma es un desperdicio, la observo fijamente pero no siento nada, ni un indicio de su ánima.

Ni un indicio de lo que podría modificar. Si es que así puedo llamarle.

Oh, cuando nos enteramos que ella nacería. Cuando nos enteramos que su madre estaba embarazada, que alegría, que felicidad. Alison tenía esa mirada en los ojos, yo sólo sonreía imaginando como mis planes se llevarían a cabo.

Marilyn lo había confirmado, Marilyn sabía como hacer esto, yo no.

Una furia burbujeante llegó a mí en torrente, demasiado rápido, demasiado fuerte como para contenerla. Grité y grité y la niña seguía mirándome fijamente.

Lo único que pudo empeorarlo fue escuchar una de de las suplicas de Alison pidiéndome que le devolviera a su hija.

Coloqué mis manos en mi cara tapando mis ojos, tapando mi vista hacía aquella niña.

-Zorra... -Murmuré.

Después de todo, que Alison quedara embarazada había sido un error, un problema más. Cuando descubrimos que sería una niña, un problema menos.

Utilizaríamos a la niña.

Volví a mirar a la niña y su expresión había cambiado, ahora ella estaba... curiosa. Sí, sus ojos mostraban curiosidad.

Me concentré cerrando los ojos y después de unos segundos... me acerqué a su ánima. Por fin.

La ánima era la esencia de la persona, el cuerpo es sólo lo que contiene la ánima. La ánima es lo qué eres, define quién eres.

Era sólo un toque, un roce y todo cambiaría.

Lo hice.

Abrí los ojos sacando mi esencia del cuerpo de aquella niña y todos mis sentidos volvieron a despertar. La niña había cambiado, la niña estaba llorando.

La niña estaba lista. Sonreí.

Anne Grace había nacido y muerto un 1 de enero, esta niña había nacido un mes después. En febrero.

No tenía ni idea del por qué la hija de Alison se había mostrado tan... indiferente en mis intentos por cambiarla. No importaba, ahora que estaba lista lo único que importaba era entregarla a su madre "Adoptiva".

Madison Grace.

Sí, la devolvería como la niña que una vez maté. Madison vio cuando lo hice, vio cuando clavé el puñal en el pequeño pecho de su hija. No importaba, cuando ella viese a la hija de Alison estaría inmensa en felicidad, pues le habían devuelto a su hija que había dado por muerta.

Ella no pediría una explicación.

Ella la aceptaría y la criaría como Anne Grace.



Tormenta (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora