Capítulo 29

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Aléjate de mi...
Cameron
Estaba en mi casa, como siempre... Solo. Acababa de regresar de un viaje de negocios que había surgido inesperadamente.
La servidumbre estaban en sus habitaciones, seguramente durmiendo, al ser las once de la noche, ya todos deberían de estar dormidos.

Pero yo simplemente no podía, tenía tantas cosas en la mente, que no me dejaban dormir y una de esas cosas que acompañaban mi insomnio eran por Abby.

Abby. Dios, soy tan estúpido por tratarla tan mal. Nunca debí decirle que únicamente era mi empleada, claramente no solamente significa eso para mi. Desde hace tanto tiempo no sentía lo que siento por Abby. Ya había olvidado como se sentía este sentimiento, tanto que de tan solo pensarlo me enfurecía.
Me había prometido no volverme a enamorar. El amor es un asco, solo te hace débil y te destruye.

No debí tratarla así, yo soy así, frío, malhumorado. Pero todo tiene una razón, por algo me convertí en esta persona tan fría.

Las sombras de mi pasado me atormentan y mi manera de ser es con lo único que logro esconderlas.

Solamente mi familia sabe lo que me pasó, nadie más y no deseo que lo sepan. Cuando pasó, la prensa se enteró y se armo un escándalo, por suerte mis padres lograron borrar el historial de la noticia antes de que fuera a los periódicos y redes sociales, no seria nada agradable que volviera a pasar.

Estaba en mi habitación, cambiando canal por canal, tratando de encontrar un programa que me agrade y me distraiga de los problemas y pensamientos que se repiten, un y otra vez en mi cabeza, cuando de repente mi celular comenzó a sonar, indicando que tenía un nuevo mensaje de texto.

Perezosamente busque mi celular en el mueble de al lado de mi cama, sin apartar la vista del televisor.

Lo encontré y vi que el mensaje de texto pertenecía de parte de Carla.

Bufé cansado y volví a dejar el teléfono en el mueble sin contestar él mensaje.

Ese era otro problema que no dejaba de rondar por mi cabeza, desde que tuve ese polvo con Carla en mi oficina, no deja de buscarme, ya llego a mis límites. Ella sabía que solamente sería un polvo y nada más, nada de sentimientos.

Pero parecía que no le había quedado claro cuando se lo dije después de esa noche. Cuando rebasó mis límites fue un día cuando ya todos se habían ido a sus casa y solamente quedaba yo en la oficina. Carla entro totalmente desnuda, sin nada que la cubriera, en verdad me enfurecí. Sigo sin poder creer que haya caído tan bajo para hacer eso, estoy pensando muy seriamente en despedirla.

Cuando al fin encontré un canal para ver, mi celular volvió a sonar. Tomé el teléfono furioso creyendo que sería Carla de nuevo y conteste bruscamente.

_Ya estoy cansado, no me vuelvas a llamar, que te despido, solamente fue un polvo y ya, entiéndelo - dije totalmente furioso

_ Hey, hermano, soy James ¿Por qué ese humor? ¿A quien te tiraste y no te deja de molestar? – Escuche a mi hermano burlón

_ Perdón hermano, Carla no deja de molestar. Ya me tiene cansado - dije apretándome el punte de la nariz

_Hermano, te metiste en la boca del lobo, yo tarde un mes en sacármela de encima- dijo gritando a través de la bocina por la música electrónica que se escuchaba del fondo

_ ¿Dónde estas ? - pregunte cambiando de tema, ya estaba harto de hablar de Carla.

_Oh, si claro, estoy en el club "Mistic", ¿te acuerdas? Bueno, te llamaba para que vinieras a divertirte - dijo

_No puedo James, estoy cansado y mañana tengo que trabajar en el proyecto del caribe

_ Por favor Cameron, ven a divertirte hermano, es fin de semana. Sigues siendo joven, estos años son los mejores para alocarse, tener mucho sexo y beber hasta quedar inconscientes

Oliver © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora