Capitulo 16

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Narra Kara.

La noche con Lena había sido intensa. Ella se comportó de manera tierna pero también ruda. No hubo amor, eso era cierto, solo un leve sentimiento que ninguna podría describir. Pero si dejamos eso de lado, hubo mucho deseo. Lena recorrió todo mi cuerpo con sus manos y sus labios, marcándome como suya. Al despertar, vi aquel hermoso paisaje y a ella recostada a mi lado, observándome.

Kara: ¿Por qué me ves así?

Lena: Porque no pareces ser lo que eres cuando duermes.

Kara: ¿Qué soy cuando duermo?

Lena: Un bello ángel.

Kara: ¿Y cuando despierto?

Lena: Eres la mujer que se vendió a mí como si fuera una cosa.

Kara: Mi virginidad la consideré una cosa, no mi cuerpo.

Lena: Pero yo compré una y disfruté de tu cuerpo hasta que me agoté.

Kara: Solo porque yo te lo permití.

Lena: ¿Y qué más estás dispuesta a permitir?

Kara: Te quiero.

Lena: ¿Esa es tu respuesta?

Kara: Mi respuesta no es esa, pero sí quiero confesarte que te quiero.

Lena: Yo también te quiero, pero quiero tu respuesta.

Kara: Te permitiría todo.

Lena: ¿Incluso si quisiera conquistarte?

Kara: ¿Me quieres como tu pareja?

Lena: Como mi esposa.

Lo había logrado, pero sabía que tendría que pagar por mi ambición. Y temia de cierta manera que fuera tal elevado.

Tiempo después.

Habíamos regresado a Ciudad Nacional, en el día de mi cumpleaños. Como Lena lo había dicho mientras estábamos en el aire, la policía nos esperaba, junto con Cat y muchos periodistas y fotógrafos.

Jefe de policía: Señorita Luthor, soy el jefe de policía Bernard Sawyer. - Extendió su mano y Lena respondió al saludo.

Lena: Un placer. Dígame, ¿a qué se debe este escándalo?

Jefe de policía: Señorita, tengo que detenerla por el secuestro de la señorita Kara Danvers.

Lena: ¿Secuestro? - Sonrió y volteó a verme. - Kara, sube al auto. Ya sabes qué debes hacer.

Kara: Está bien, cariño. - La besé y vi la molestia en la mujer que me dio la vida.

Lena: Acompáñeme, Bernard. Solucionaremos este innecesario inconveniente.

Jefe de policía: Señorita Luthor, debería llamar a sus abogados.

Lena: De hecho, ya lo hice. Nos esperan en la jefatura con una amiga mía.

Narra Sam.

Aún no podía creer la locura que Lena me había contado. Iba a casarse hoy con esa mujer, si así se le podía llamar. ¿Cómo era posible? No era más que alguien sin clase que se vendió como una mercancía.

Como una puta de esquina.

Pero ya había agotado mis ideas para hacer que ella notara su error. Así que no iba a seguir con lo mismo. Si ella quería darse contra la pared, adelante. No iba a detenerla, pero sí iba a cuidar sus intereses de esa gata arribista que robó mi lugar.

Porque debía ser yo su esposa.

Todos en la familia Luthor estaban con las emociones a flor de piel. Lena había informado con días de anticipación que iba a casarse en el gran jardín de la mansión, y nuevamente sería con una mujer.

Esto fue como una bofetada en el rostro de Lillian, quien no paraba de llamar a su hija de muchas maneras poco cariñosas. Por su parte, su esposo estaba impresionado y esperaba con paciencia el acontecimiento.

Y sus hijos, ellos tenían ideas y no perderían tiempo para llevarlas a cabo. Sus intenciones eran las mismas: destruir ese matrimonio.

Lejos de los planes de Lex y Lutessa, Kieran estaba segura de que no tardaría mucho en ser ella la siguiente en vestir de blanco. Pero ella tenía una idea mejor para no sufrir con la familia que le había tocado: casarse en total secreto.

Imra: No puedo creer que se case de nuevo. - Dijo una dolida ojiverde sosteniendo una copa de vino. Lena había tomado la decisión de invitar a todos sus conocidos, enemigos, aliados y socios a su boda.

Lutessa: Me sorprende lo hipócrita que puedes ser en algunos momentos.

Imra: Eso lo eres tú, no yo, Lutessa. No te equivoques.

Lutessa: Te duele que se case, pero aún te acuestas conmigo.

Imra: Y siempre llego a la misma conclusión: tú a Lena no le llegas ni a los talones.

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