Capitulo 18

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La atmósfera en la mansión Luthor era densa y opresiva, pero esto parecía no afectar en lo más mínimo a Kara. A su llegada, fue conducida por los empleados de Lena a una habitación donde debía prepararse para lo que sería el día más dichoso de cualquier mujer.

El vestido y los zapatos estaban dispuestos sobre la cama, acompañados de varias joyas.

Narra Eliza.

Como un gesto de obsequio y despedida, Lena decidió invitar a los padres de Kara a la mansión. Sin embargo, solo Eliza se presentó. La mujer mayor se encontraba sorprendida por las noticias que había recibido, una tras otra. Reconocía que su hija era propensa a cometer errores y a dejarse llevar por deseos negativos como la ambición y la rabia. Pero saber que se iba a casar con alguien que prácticamente era una desconocida, eso definitivamente parecía una locura.

Eliza, quien había criado a Kara con tanto esmero e intentado cambiarla para que fuera lo opuesto a su madre biológica, se sentía abrumada por el fracaso. Sentía que había fallado como madre y había fallado a su hija. A pesar de los errores y las mentiras que habían acompañado su presencia desde el momento en que la conoció, Kara seguía siendo su hija.

Eliza entró a la habitación y se acercó a Kara, quien tenía un brillo deslumbrante en los ojos. Era evidente que se sentía plena al saber que había logrado su objetivo y que en pocos minutos todo estaría sellado.

   

Eliza- Kara, debes poner fin a esta farsa de inmediato.

Kara- Esto no es una farsa, es lo que yo deseo y lo que me proporcionará felicidad.

Eliza- ¿La amas?

Kara- Será mejor que te vayas -dijo la mujer de ojos azules, evadiendo la pregunta.

Eliza- No te cases, Kara. No la amas, tu matrimonio será una cárcel para ti.

Kara- Esa es tu opinión, no la mía -La puerta se abrió y una mujer entró. Por su expresión, no parecía contenta. No la conocía en persona, pero sabía quién era gracias a mi futura esposa.

Cat- Eliza, retírate. Quiero hablar con mi hija a solas -La mujer que durante un breve periodo consideré mi madre acató lo que Cat dijo y me dejó allí- Siempre dije que mi hija sería como yo -sonrió- Pero me equivoqué, tú no eres como yo ni lo serás.

Kara- Tienes razón, yo jamás seré como tú y eso es un alivio.

Cat- Su sonrisa se desvaneció ante mis palabras, lo que a su vez me hizo sonreír a mí- No te casarás con Lena.

Kara- Sí lo haré.

Cat- No puedes, no te lo permito.

Kara- Por si no lo sabías, no te he pedido permiso, ni lo haría. Soy una mujer adulta y puedo tomar las decisiones que quiera. Si a ti no te gusta, puedes irte. Al fin y al cabo, tú no tienes por qué estar en este lugar.

Cat- La mujer contuvo su risa con las palabras mujer adulta. ¿Desde cuándo una niña de 18 años era una mujer adulta? -¿Cómo te atreves a hablarme así?

Kara- Te hablo como te lo mereces, y desde ya te digo que cualquier cosa que planees contra mi esposa fracasará.

Cat- Yo nunca fracaso.

Kara- Lo has hecho. Si intentas dañarla, el mundo sabrá que soy tu hija y yo revelaré mi verdad, una que no te favorecerá en nada. Ahora, sal de la habitación porque debo prepararme para mi boda y tu presencia me estorba.

Narra Lutessa.

Las palabras de Imra me habían golpeado en el lugar más vulnerable que tenía, mi corazón. Sabía que era una locura amar a la mujer que una vez fue mi cuñada. Pero los sentimientos que tenía por ella, desde antes de que se uniera a la familia, siempre habían sido puros y nobles. Sin embargo, por culpa de Lena, cambiaron. Jamás le perdonaría que me hubiera robado a la mujer que anhelaba para mí, como sabía que en el fondo ella nunca me perdonaría por haberle quitado a James, ya que podía apostar mi vida a que desde el día que lo vio conmigo, quedó impresionada.

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