Capitulo 24

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Lutessa: Lo que dije es la verdad. Lena me odia y me desprecia porque me involucré con Imra cuando ella estaba enamorada de ella, usurpando el lugar de mi hermana. Lena nos descubrió en la cama.

Imra: Lutessa...

Lutessa: Por favor, solo escucha. Cuando me casé contigo, no sentía nada. No había ningún sentimiento hacia ti. Por eso, en más de una ocasión te fui infiel, incluso en nuestra noche de bodas, donde me encontré nuevamente con Imra.

Jemes: ¿Por qué estás diciendo esto?

Lutessa: Porque tú no te mereces una mujer como yo. -Se quitó los anillos- Aquí tienes, Jemes. Puedes buscar a otra mujer por su belleza.

Imra: Lutessa, yo...

Lutessa: Tú, Imra, quedas libre de mí. Nunca más te molestaré. -Le dio un beso en la frente.

Narra Lutessa.

Imra no entendía nada, pero sabía que lo que le había dicho era verdad. Con alivio, salió del departamento, dejándome nuevamente a solas con Jemes, con quien había tenido muchas discusiones últimamente debido a mi falta de deseo de tener relaciones sexuales, como solíamos tener en Grecia.

Jemes: No puedo creer lo que acaba de suceder.

Lutessa: Deberías creerlo, porque fue real. Y aún no ha terminado.

Jemes: ¿Qué más vas a decir?

Lutessa: Te he sido infiel en muchas ocasiones, no solo con Imra. Seguramente eso ya lo sospechabas, y si no, ahora estás enterado. -Sonrió- Jemes, finalmente me he dado cuenta de que nunca amaré a alguien que no me ame como yo quiero. Me conformaré, como hasta ahora, con amantes, pero contigo no quiero nada, ya no más. Ya no seguiré contigo, ya no quiero ser tu esposa por dinero.

Horas después...

Lillian: ¿Dónde estabas, hija?

Lutessa: Estuve con Jemes.

Lillian: Supongo que se han reconciliado. Has cedido, como te aconsejé.

Lutessa: No, le he dicho toda la verdad.

Lillian: Creo que te has vuelto loca.

Lutessa: Al contrario, madre, creo que estoy más cuerda que nunca

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Lutessa: Al contrario, madre, creo que estoy más cuerda que nunca.

Flashback.

Lutessa: Papá. -Gritó escandalizada al ver el cuerpo su mi padre en el suelo. Corrio hacia él, con las manos temblorosas, y tocó las suyas. - Papá, estoy aquí.

Lionel: Lutessa, cálmate.

Lutessa: No hables, tranquilo. - Miro hacia la puerta. - Mamá, Lena. - Grité con fuerza. - Tranquilos, ya vienen.

Lionel: Lutessa, escucha. - Pidió en tono suplicante. - Lena es tu hermana, ella sabe la verdad de quiénes son. Exígele que hable, Lutessa, por favor, ve la verdad.

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