Capitulo 11

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Narra Kara.

El ósculo de Lena fue vehemente, me tomó desprevenida. Fue bastante apasionado y al principio me resistí a corresponder, pero sabía que ella no tomaría eso como una buena respuesta, así que lo hice. Cuando nos separamos por falta de aliento, ella me miró sin expresar ninguna emoción.

Simplemente me ordenó que la dejara sola. Esa mujer pensaba que al dar órdenes obtendría todo, y tal vez era así. Sin embargo, no lograría nada conmigo de esa manera. No aceptaba órdenes y no lo haría ahora, así que no salí. Simplemente caminé hasta un sillón y me senté como una dama distinguida, tomé una revista y comencé a leerla.

Lena se sentó detrás de su escritorio y comenzó a escribir en su computadora. También recibió varias llamadas y respondió todas en alemán. No entendía muy bien de qué hablaba porque no dominaba el idioma a la perfección.

Aburrida de ver que ella no me prestaba atención ni se interesaba por los servicios que su dinero había comprado, terminé saliendo de la habitación, dejándola a solas.

Caminé por el lugar. Era grande y lujoso pero aburrido, y los hombres de Lena no me dejaban salir a explorar el lugar, así que simplemente me senté y disfruté de la gran vista desde la cómoda alcoba que me habían asignado.

No dejaba de tocar mis labios. Ella besaba muy bien y me había hecho sentir algo, aunque no sabía qué era. Pero sabía algo: lo mejor era no averiguarlo.

Narra Lena.

Cuando Kara salió, rápidamente llamé a mi abogado y a dos guardaespaldas. Sabía que era arriesgado, pero debía sacar a Samantha y a Ruby de la ciudad. Esos dos traidores no iban a hacer que la mujer que amo fuera a la cárcel.

Lex y Morgan tenían un plan que, para su desgracia, había fallado antes de ser ejecutado. Lena era una mujer desconfiada, sabía que su familia no era como las demás. Su familia se describía a sí misma como la encarnación de la ambición.

El poder era algo que todos deseaban y la azabache lo tenía. Su cuenta bancaria era más que jugosa, cualquiera se sentiría intocable, pero ella no era cualquiera.

La ojiverde contaba con un gran intelecto, era una mujer muy calculadora y, así como podía ser un verdadero ángel, también podía ser el mismo Lucifer en la tierra.

Había investigado muy bien los pasos que su hermano daba y los inicios de la relación de amistad que comenzaba a tener con Morgan. Solo eso hizo que ella ordenara que averiguaran hasta el más mínimo detalle.

Su abogado fácilmente se ocuparía de ir a la empresa y engañar a Sam para que la acompañara.

Y sus guardaespaldas prepararían las cosas de Ruby y la llevarían al jet privado. Madre e hija se encontrarían y de ahí saldrían a un lugar que solo Lena conocía.

Residencia Danvers.

Elisa estaba preocupada. Su hija Kara había desaparecido sin dejar rastro. Su esposo estaba empeñado en no ir a hacer la denuncia para que las autoridades la buscaran ya que él creía que la rubia se encontraba en algún lugar de la ciudad, y que solo estaba asustando a su madre por capricho.

Lo que no esperaban era que Cat apareciera en su puerta. La mujer había decidido que era hora de regresar por su hija y darle lo que merecía por llevar su sangre. Lo que no esperaba era saber que la ojiazul había desaparecido y que nadie la estaba buscando, algo de lo que ella se ocuparía.

Mansión Luthor.

Lillian se encontraba con algunas amigas en el jardín, mientras que su hija Kieran recorría de un lado a otro su habitación. La menor, por descuido, había olvidado revisar su agenda para ver que debía tomar su píldora diaria. Su estado nervioso estaba en el ambiente. Su periodo tenía que haber llegado hace un mes y eso no había pasado. Como medida extremista, la pelinegra llamó de emergencia a una amiga que había conocido en un bar y esta le aconsejó que se tranquilizara y comprara una prueba de embarazo, y sin dudarlo lo hizo.

Kieran ya se había cansado de llorar y de rezar en todos los idiomas que podía. Trataba de hacer memoria con quién había estado aparte de su novio, pero sus nervios no ayudaban a que pudiera recordar a la perfección.

"Maldita suerte", escupió cada palabra, miró su reloj de mano. Ya era hora de ver el resultado.

L-Corp.

Samantha se encontraba en una junta matutina donde estaban Morgan y Lex, los cuales no sabían que su fraude mandaría no a Sam a la cárcel, sino a uno de ellos. La morena estaba algo agobiada de que a todo le pusieran un pero. Era obvio que nadie estaba contento con el viaje repentino de la CEO.

Al acabar la junta, Sam fue a su oficina donde se encontraba el abogado de Lena.

Departamento de Imra.

Narra Lutessa.

Me encontraba desayunando en el balcón, mientras que la hermosa mujer que tenía la desgracia de estar en el mismo lugar que yo por algunas horas lo hacía en su habitación. Jemes estaba a punto de aterrizar en Ciudad Nacional. A veces pensaba que no era mi esposo, sino mi sombra.

Pero como una buena esposa debía ir a recibirlo. Ambos nos quedaríamos en casa de mis padres, pero eso no me preocupaba. Él tenía una buena relación con ambos.

Mi mente pensaba en dónde se encontraba Mon-El y con quién. Sin duda él lograría quitarme todo el estrés que tenía.

Después de varias horas, Lena se dirigió a la alcoba de Kara. Al entrar, notó que la rubia se encontraba dormida en la cama, con un rostro sereno que le causó una sonrisa a la mayor.

Lena se quitó los tacones y el saco y con delicadeza se acostó junto a Kara, llevó su mano a su vientre y en pocos minutos el sueño la venció.

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