Capitulo 4

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Narra Maggie.

No podía entender cómo había terminado encerrada en prisión, la atacada había sido yo pero claro Ciudad Nacional, el dinero y el poder importan.

Por suerte había podido llamar a Kara, estaba convencida de que podría sacarme y llevarme al hospital.

Narra Lutessa.

Nuestros gustos en verdad eran bastantes parecidos, años atrás éramos las mejores amigas, ahora prácticamente dos desconocidas que compartían más de un secreto. Ironía, la amaba y ella me traicionó casándose con una copia barata.

Si tan solo hubiera sido inteligente, hoy estaríamos juntas en alguna isla paradisíaca, disfrutando de los placeres de la vida.

Imara: ¿Qué infierno intentas desatar? Lutessa, mi verdadero amor y a la vez mi mayor error. Como siempre se encontraba hermosa, como siempre tomo una botella de mi bar y se sentó a esperar.

Lutessa: Te lo diré si prometes ayudarme.

Imra: No voy a dejar que la lastimes.

Lutessa: ¡CÁLLATE! Lanzo la copa contra la pared, esta se rompió en pedazos y me acerqué a ella, su mirada de miedo era gratificante. Vas a ayudarme, lo harás o perderás todo.

Imra: Como siempre su verdadero yo salió a la luz, ahí estaba frente a mi mirándome de esa manera fría. Ya perdí todo Lutessa.

Lutessa: No, estás totalmente equivocada aún tienes tu fortuna.

Imra: La fortuna que no te bastó para que te quedaras a mi lado.

Narra Lillian.

Lillian: Lionel, tienes que hacer algo.

Lionel: ¿Qué hago? ¿La busco y la traigo a rastras para que obedezca?

Lillian: No juegues conmigo Lionel, te preocupa tanto como a mí sus acciones.

Lionel: Es adulta, su vida personal le pertenece solo a ella si quiere destruirla que lo haga no importa mientras no afecte su desempeño en la empresa.

Lillian: Como hablas así es tu hija, deja el apellido por los suelos y no te importa si fuera Lex la historia sería otra.

Lionel: Haber mujer Lena no embarazó a la primera mujer con la que se acostó tu hijo si, además siempre hablan de los Luthor que importa como lo hagan.

Narra Lena.

Llegamos al lugar donde se encontraba Maggie, Sam pago la fianza y pidió al policía que nos llevara a donde se encontraba.

Cuando entramos al lugar solo seguí a Sam quien camina detrás del policía. No sabía cómo, pero algo me decía que no debí haber mandado a golpearla, tal vez la rubia que describió Sam anoche no era alguien importante.

Verdadero amor? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora