Kara Danvers es una joven inteligente y hermosa, con los pies bien puestos en la tierra y dispuesta a conseguir todo lo que quiere. Lena Luthor, por otro lado, es una mujer adulta que tiene una vida envidiable y que cree que el poder y la fuerza lo...
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Lillian contemplaba con orgullo la habitación que había decorado para sus gemelos que pronto nacerían. Se sentía plena, tenía todo lo que siempre había anhelado: un esposo que la amaba y valoraba, una carrera exitosa y una reputación envidiable.
Al salir de la estancia, una de las empleadas del servicio la interceptó, informándole que una mujer la esperaba en la sala. Sin perder tiempo, Lillian descendió para descubrir de quién se trataba.
Lillian - Buenos días, ¿cómo puedo asistirla?
Elisabeth - ¿Asistirme tú? Creo que la que necesitará ayuda serás tú, Lillian.
Lillian - ¿Nos conocemos?
Elisabeth - Tú no me conoces a mí, pero yo sí sé mucho sobre ti.
Lillian - ¿Y qué sabes? - Tomó asiento en el sofá, curiosa.
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Elizabeth - Sé que no estás al tanto de que Lionel mantiene una relación conmigo, y que muy pronto seremos padres de gemelas. - Acarició su vientre con ternura.
Lillian - Eso no es cierto. - Se levantó abruptamente, la ira ardiendo en sus ojos.
Elizabeth - Claro que sí, y he venido a exigirte que te alejes de él, porque aunque te duela, él me ama a mí.
Lillian - ¡Lárgate de mi casa ahora mismo! - Exigió, furiosa.
Por la noche.
Lionel - La sirvienta me dijo que te sientes mal, ¿qué sucede? - Preguntó, entrando sin ceremonias a la habitación.
Lillian - ¿Por qué? - Preguntó, levantándose de la cama con dificultad y un dolor profundo en la parte baja del vientre. - ¿Qué no te di? - Antes de que el hombre pudiera responder, el dolor se intensificó a tal grado que una línea de sangre comenzó a deslizarse por la piel de la pierna de la mujer. - No, mis bebés, no. - Las lágrimas comenzaron a caer, llenas de dolor y tristeza.
Fin del flashback.
Lionel - Te amenacé porque no estoy dispuesto a permitir que lastimes a mi hija por algo de lo cual ella no tuvo participación alguna.
Lillian - Tu hija odia esta familia, la familia que la ha cuidado durante años. Tu hija te desprecia.
Lionel - No, Lillian, Lena no es como crees.
Lillian - Claro que es como creo. Tu bastarda es la que debió morir, no mis hijos.
Lionel - No puedo creer lo que escucho.
Lillian - Escuchas la verdad.
Lionel - Qué equivocado estaba al creer que tú podrías quererla.
Lillian - Creí que ya te había quedado claro eso hace mucho.
Flashback.
Lillian - Aquí estás. - Extendió su mano. - Debemos ir a ver tu fiesta, Lutessa.
Lutessa - ¿Dónde está Lena, mami?
Lillian - Donde sea que esté no importa, hoy solo importas tú.
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En el estudio.
Lionel - Aquí estás, Lena. Te estuve buscando por todas partes.
Lena - Gané de nuevo. - Informó con orgullo.
Lionel - Un Luthor siempre gana. - Sonrió. - Quiero presentarte a alguien. - Caminó hasta la puerta y la abrió, dejando entrar a una mujer que Lena conocía muy bien. - Lena, ella es Elisabeth, tu verdadera mamá.
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Lena - Ella no es mi mamá.
Lionel - Lo es, ella te dio la vida, y te ama.
Lena: No, ella no me ama.
Lillian, al pasar por la puerta del estudio de la mano de su hija, escuchó la voz de la responsable de la muerte de sus gemelos, una voz que nunca pudo olvidar y que la hizo reaccionar con un dolor inmenso.
Lillian - ¿Qué hace esta mujer aquí? - Al ver a Elisabeth abrazando a la pequeña Lena, no perdió tiempo y lanzó con dolor cada palabra. - Veo que has traído aquí a tu amante, ¿por qué no vas y buscas tus cosas y así te vas con ella y esa mocosa?
Lionel - Lillian...
Lillian - Tú cállate. - Ordenó. -
Elisabeth - Lena es mi hija, Lillian debe volver conmigo.
Lillian: Algún día lo hará, como lo hicieron mis hijos.
Fin del flashback.
Lillian - Yo nunca quise a Lena, la odio así como te odio a ti, y así como su madre murió, con mucho pero mucho dolor ella también lo hará, lo merece.
Lionel - Me siento mal. - Llevó la mano a su pecho con dolor.
Lillian - Que bueno que te sientas mal, así me sentí yo todos estos años viendo en los ojos de Lena a tu maldita amante, y no sabes cuánto placer sentí cuando me dijiste llorando que ella murió en ese accidente.
Lionel - Lillian, por favor, las pastillas.
Lillian - Lo siento, es tarde y debo cenar. - Tomó el frasco y lo puso en su bolsillo. - Pasa buena noche, querido.