Fake Wedding || Taekook

Doce

–Somos esposos –interrumpió Taehyung el pequeño silencio– solo actúa como si me amaras de toda la vida y lo creerán por lo que dure el contrato.

El contrato. 

Con el simple hecho de mencionar el contrato todo deja de tener lógica... se supone que a Taehuyng le gustaba o, al menos, le comenzaba a gustar Jungkook. ¿Por qué hablar sobre el contrato cuando están a nada de presentarse ante sus padres?

–Mi padre es Kim Seojoon y mi madre es Lee Jisu.

Jungkook salió de sus pensamientos y obtuvo una mirada tranquila de Taehyung. 

–Mi madre no quiso cambiar su apellido de casada.

–Oh, está bien –pronunció con palabras poco convencidas. –¿Quién era la mujer? La que vimos en la entrada –Jungkook señalaba el portal mientras el auto se estacionaba.

–Ella es... una vieja amiga –bajó la mirada–. Es alguien con quien estuve relacionado.

–¿Un exnovia? –preguntó. 

–Sí, una exnovia –sonrió pequeño y algo avergonzado. La situación podía resultar incómoda–. No hablamos desde hace algunos años, pero es amiga de la familia. 

–Ah, bueno. ¿Cuál es su nombre? 

–¿Mmm?

–¿Qué? –Jungkook rio por la sorpresa de Taehyung y por sí mismo. ¿Acababa de preguntar el nombre de la exnovia? 

–¿Su nombre?

–Cl-claro –se apresuró a excusar–. –Es decir, tendré que relacionarme con ella cuando estemos con tu familia, ¿no?

–Sí, pero lo harás allí –rio– bueno, de igual forma lo sabrás. Su nombre es Kim Yongsun.

–¿Otra Kim? –alzó una ceja preguntando.

–Es un apellido popular. ¡Qué puedo decirte! –dijo Taehyung alzando los hombros y riendo bajito, como un niño divertido y cínico. 

Ambos bajaron del auto y Taehyung juntó sus manos mientras Jungkook observaba la mansión. Lo tomó por sorpresa durante un segundo, luego sonrieron y avanzaron.

La fachada se veía construida con un mármol color arena. Un estilo elegante que estaba decorado por las luces en cada columna.

Como era de esperarse, la mansión de los Kim estaba llena de lujo. Desde la entrada hasta el final del pasillo visible. Una alfombra café se extendía a lo largo de un camino que recibía a los invitados.

A un lado, un perchero y un sirviente que les pedía el abrigo de cada uno para colgarlos.

Al avanzar, unos cuadros barrocos y clásicos adornaban el pasillo hacia lo que parecía la siguiente habitación. Y al llegar, una gran vista hacia un salón enorme con dos escaleras formando una media luna y en dirección a una planta baja. Todo iluminado por un gran farol que dejaba ver los detalles de negro sobre el mármol color crema de la casa. Era una mansión hermosa a la vista.

 –Ven por este lado, amor –señaló Taehyung a una de las escaleras.

–¿Amor? –preguntó susurrando Jungkook.

–¡Cariño! ¡Has llegado ya! –la voz de una mujer de mediana edad se colaba por el salón. 

–Madre, aquí estoy –respondió Taehyung mientras bajaba de la mano nerviosa de Jungkook. 

La mujer, que se encontraba en la primera planta los observaba con cuidado y su expresión era cortés. 

–¡Y veo que acompañado! –sonrió.