Ocho

1.3K 134 12
                                    

El evento había sido planificado a la medida de las exigencias del comité encargado. Este no había cambiado desde que salieron de la escuela, era una alegría y desgracia al mismo tiempo. 

¿Por qué? Porque los mismos fueron aquellos jovencitos que se creían dueños del lugar en su época. Eran perfeccionistas, tenían estilo y eran los mejores organizando eventos, pero eso no cambiaba que fueran personas narcisistas, de gran ego y aires de dinero. Sí, les encantaba admirar todo aquello que oliera a éxito y sobre todo, a dinero. Saber quiénes eran, sería un tema de conversación muy extenso y vano. Pero entre ellos, estaba Mariana...

Al ingresar al salón se podía ver un cuarteto de músicos tocando música de ambiente. Taehyung notó la melodía "134340..."- y lo pensó. Y se giró hacia Jungkook para mirarlo de nuevo desde que atravesaron el lobby del lugar con sus manos entrelazadas. 

Ambos caminaron manteniendo la compostura, pero no podían evitar sentir pequeños nervios recorrer sus piernas. El mimo anterior pasó tan rápido que hasta era un poco confuso. Al menos así lo sentía Jungkook cuando se adentraban al salón principal.

-¿Qué fue eso? -interrumpió el silencio.

-¿Un beso en la mejilla? -respondió despreocupado.

-Eso ya lo sé, no seas tonto.

-¿A qué te refieres? Se supone que soy tu esposo, tengo que empezar a actuar como tal -respondió murmurando a su lado.

-No es necesario, Taehyung. 

-Claro que lo es, así es nuestro acuerdo Jungkook -respondió con un tono un tanto serio mientras lo veía directamente a los ojos. 

El pelinegro sintió estar en peligro, de alguna forma, esos ojos color café le tenían atrapado y no podía huir de ellos. Pero diablos, tenía qué. Tragó saliva y levantó el rostro adaptando mejor postura, abrió la boca para hablar y entonces...

-¿De qué acuerdo hablan? -interrumpió una voz femenina ya conocida. Taehyung y Jungkook se giraron a la vez y pudieron observar a Kang Mariana de pies a cabeza, la rubia estaba bien vestida. Pero Taehyung creyó que era un poco exagerado el mostrar tantas joyas que no combinaban con el estilo del vestido. Porque Taehyung sabía de moda, y frunció apenas el ceño para disimular.

Un mozo pasó por su lado ofreciendo algunas copas. Mariana cogió dos y las alcanzó a los chicos enfrente, luego tomó una y bebió un poco. 

-¿Y bien? -preguntó otra vez sonriendo maliciosa- ¿Un acuerdo?

Jungkook miró a Taehyung buscando respuestas, pero el castaño estaba terminando de beber un trago de aquel vino blanco que minutos antes les ofrecieron. 

-Un acuerdo que no te incumbe querida -dijo devolviendo la sonrisa. Bebió un trago más mientras miraba a la chica boquear, y antes de que ella pronunciara palabra...

-Pero ya que veo que los chicos de la escuela no han cambiado, puedo decirte de qué se trata, ¿no? -preguntó casi musitando.

-¿Qué quieres decir con que no hemos cambiado? -preguntó molesta y cruzando sus brazos.

-Ahh, es que Kookie -mimó con su cabeza sobre el hombro de su esposo- me contó sobre ustedes y su enorme entusiasmo por fisgonear, ¿no es acaso algo muy de jovencitos y también gracioso? -respondió con un sonrisa aparentemente amable. 

-¿Ah sí? -arqueó una ceja y dirigió su mirada a Jungkook, quien no dejaba de estar nervioso, apretando la mano de Taehyung mientras evitaba la mirada acusadora de la rubia. 

-Pues querida, mi hermoso esposo está molesto porque he roto un acuerdo de no citas mientras trabajo, pero yo le digo que no hay ningún problema si ambos estamos trabajando y a la vez tenemos una cita -besó la mano entrelazada de Jungkook. 

Fake Wedding || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora